El presidente ruso aclaró que algunas industrias consideradas esenciales seguirán operando y que los supermercados y farmacias permanecerán abiertos
El presidente ruso Vladimir Putin ordenó el jueves que la mayoría de los trabajadores del país no acuda a laborar durante todo abril como parte de una suspensión parcial de actividades económicas para contener la propagación del nuevo coronavirus.
En un mensaje televisado a la nación, Putin informó que estaba extendiendo la política de no laborar que había ordenado anteriormente para esta semana, a fin de que se mantenga en vigencia hasta que concluya abril. Enfatizó que todos los empleado deberán mantener sus salarios íntegros durante ese periodo.
El presidente aclaró que algunas industrias consideradas esenciales seguirán operando y que los supermercados y farmacias permanecerán abiertos.
De acuerdo con Putin, las estrategias de prevención de Rusia le han dado tiempo a las autoridades para lidiar con la enfermedad y han ayudado a desacelerar el brote, pero advirtió que los casos en el país seguirán en ascenso.
“La amenaza continúa y los expertos creen que la epidemia aún no ha alcanzado su punto máximo en el mundo, incluyendo nuestro país”, dijo Putin.
Además de proteger la salud, es importante proteger los ingresos de la gente y prevenir un fuerte aumento del desempleo, dijo el mandatario. “Una economía eficiente y estable es crucial para resolver nuestras tareas, incluso en el sistema de salud”, añadió.
Putin dijo que dependería de las autoridades regionales decidir qué compañías y organizaciones podrían seguir operando en sus zonas, dependiendo de la situación.
En Moscú, donde se concentra aproximadamente el 66% de la incidencia conocida de COVID-19 en Rusia, el alcalde ordenó un estricto confinamiento que se hará cumplir con vigilancia electrónica.
La mayoría de otras regiones siguieron el ejemplo de Moscú, pero las normas son menos estrictas en zonas donde aún no ha llegado la epidemia.
Días atrás, el parlamento concedió facultades al gabinete para declarar un estado de confinamiento a nivel nacional, lo que le permite endurecer las restricciones. Esa autoridad anteriormente era exclusiva del presidente.
Algunos detractores del Kremlin han criticado a Putin por no declarar un confinamiento nacional y optar por una orden ambigua de no trabajar.
Muchos observadores señalaron que la decisión de dejar en manos del gabinete y los gobernadores la decisión sobre las medidas concretas para combatir la epidemia constituye un intento de Putin de disociarse de las medidas impopulares y la responsabilidad por el aumento de la incidencia de contagios.
Las autoridades rusas registraron 771 casos nuevos el jueves, 43% más que el día anterior, elevando el total reportado del país a 3,548 casos con 30 decesos.