Los trabajadores están preocupados, pues no han tenido mucho trabajo durante la pandemia, ya que las personas prefieren comer que arreglar sus autos
De volver a ampliarse el periodo de aislamiento social derivado de la Covid-19, varios talleres mecánicos corren el riesgo de cerrar, ya que, aparte de que la gente no quiere gastar en reparar su auto, autoridades municipales amenazan con multarlos si encuentran los establecimientos abiertos, señalaron trabajadores de este giro comercial.
Edgar Orduña Ríos es mecánico desde hace 30 años y es la primera vez que ha batallado para sacar el pago de los servicios de su negocio y el sustento para su casa.
“Esta situación sí nos está afectando bastante, puesto que el municipio no nos permite abrir y las multas son de 18 mil pesos, así que optamos por cerrar y, por otro lado, la gente no quiere gastar en las reparaciones a sus vehículos”.
Aseguró que él vive al día y si no trabaja no solo no puede juntar dinero para su familia, sino que tampoco para pagar los servicios; actualmente tiene una deuda de 18 mil pesos de renta, porque no la ha pagado en dos meses, además, el recibo de agua le llegó de mil 400 pesos y el de luz de 450 pesos.
“Yo pago renta del local y ahorita tengo dos meses que no la he podido pagar, porque no hay ingresos (…) de seguir así se corre el riesgo de que cerremos, porque al final de cuentas, en mi caso, son meses de renta, más los que se acumulen, y va a llegar el momento en que la deuda esté bastante alta y voy a optar por cerrar el negocio. He tratado de buscar apoyo del municipio, pero me piden muchos requisitos y dicen que no soy apto para recibir el apoyo”.
Francisco Jesús Reséndiz Vázquez, quien desde hace 30 años trabaja en un taller de hojalatería, pintura y soldadura, aseguró que en este momento la situación se está complicando cada vez más, pues la gente prefiere comer que arreglar su coche.
Reconoció que, dependiendo de la infraestructura de cada negocio, se corre el riesgo de que algunos no sobrevivan.
“Este negocio lo empezó mi abuelo en 1945, yo soy la tercera generación y de alguna manera ya tenemos nuestros clientes, pero un taller nuevo podría no sobrevivir”.
