No ha sido una sorpresa el saber que el titular del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo, haya reportado estar contagiado de Covid-19. Creo que el momento de conocer reportes positivos de otros funcionarios está por llegar. Daría la impresión de que contagiarse del virus SARS-CoV-2 es una cuestión de azar, pues a quienes se cuidan les toca y a los que no, a los que desatienden las medidas de prevención, no parece llegarles el momento. No son malos deseos, solo es anticipar lo que las mismas autoridades señalan: la mayoría de la población mexicana se infectará.
El personal de salud es altamente vulnerable no solo por las intervenciones que realizan a los pacientes infectados hospitalizados, también al atender a los familiares de los mismos y entre los integrantes del equipo de salud. La prensa refiere del descuido de muchas personas que transitan por las calles sin las estrictas medidas de protección, pero basta ver la dinámica que sucede al interior de los hospitales en los que el personal que labora en ellos se muestran con una amplia variedad de posturas. Hay quienes andan con cubrebocas, guantes y caretas en áreas en donde el personal muy apenas se cubre la boca.
Si en un momento hay que reconocer el heroico desempeño del personal de salud, también hay necesidad de llamarles la atención por su irresponsabilidad.
En lo que conocemos al momento sobre el estado de salud del profesional de salud, en escenarios institucionales, es que no solo hay afectaciones a la salud física y contagios, también identificamos problemas emocionales que van desde el estrés, hasta la ansiedad, depresión y duelo.
Las autoridades de salud reportan 5 mil 930 casos de problemas emocionales en profesionales, con o sin contacto con pacientes Covid-19, siendo la principal afectación el duelo por fallecimiento de familiares, amigos, pacientes o colegas, el cual tiene manifestaciones de ansiedad social, somatizaciones, depresión e insomnio. Se supone que en el transcurso de la actual tercera fase se dé un incremento de nuevos casos de duelo y los anteriores generen consecuencias patológicas si no son atendidos oportunamente.
Por ello, para apoyar la recuperación emocional del personal de salud, no solo de los médicos, la autoridad sanitaria a través del Consejo Nacional de Salud Mental, busca implementar la Clínica Virtual de Duelo con la participación de psicólogos clínicos y psicoterapeutas expertos en intervenciones tanatológicas. El personal que ayudará a otros profesionales que ayudan tendrá la oportunidad de servir a pacientes, médicos y dolientes por muerte o desaparición forzada, y esto representará que existan más terapeutas que pacientes en el país, pues hay que recordar la ya participación de las brigadas de apoyo psicológico gratuito de varias instituciones, organismos y Colegios de Psicólogos en México.
Sin embargo, a pesar de que los médicos tienen problemas para dormir, reaccionen inesperadamente con ansiedad o irritabilidad y presenten fallas de atención, concentración y memoria subjetiva, el único problema que existe, pues el programa dispone de recursos y lineamientos necesarios, es el tiempo que tarde el médico para buscar o acceder a la ayuda en salud mental. No será fácil que un profesional reconozca la necesidad de revisar su estado emocional. Al igual que muchos sectores de la población, el médico tiene sus prejuicios y desconocimientos sobre la importancia del equilibrio psicológico como factor de protección.
Línea telefónica para solicitar una atención psicológica, sin costo, por los efectos del confinamiento: 442 186 5929.
* Presidente del Colegio Estatal de Psicólogos de Querétaro, AC