Luego de que Alexander Lukashenko jurara en secreto el cargo de presidente de Bielorrusia, la Unión Europea anunció que no lo reconoce como mandatario legítimo
Alexander Lukashenko no es el presidente legítimo de Bielorrusia, declaró la Unión Europea el jueves, afirmando que su abrupta toma de posesión celebrada el miércoles atentó directamente contra la voluntad del pueblo.
La ceremonia de investidura aceleró los planes de la UE de boicotear a Lukashenko tras las controvertidas elecciones del pasado 9 de agosto, a raíz de las cuales el Parlamento Europeo decidió no reconocer al veterano líder a partir de noviembre, cuando estaba previsto que acabara su actual mandato como presidente.
“La llamada ‘investidura’ (…) y el nuevo mandato reivindicado por Aleksander Lukashenko carecen de toda legitimidad democrática”, dijeron los 27 Estados de la UE en un comunicado.
“Esta ‘toma de posesión’ contradice directamente la voluntad de gran parte de la población bielorrusa, expresada en numerosas protestas pacíficas sin precedentes desde las elecciones, y sólo sirve para profundizar aún más la crisis política en Bielorrusia”.
La UE, un gran contribuyente financiero de Bielorrusia, también dijo que está “revisando sus relaciones” con el país, lo que significa que el bloque tratará de cortar la financiación directa al Gobierno de Lukashenko canalizándola en su lugar a grupos de ayuda y hospitales.
Antes de las elecciones, la UE se había comprometido a gastar 135 millones de euros en proyectos en Bielorrusia y también prometió 53 millones de euros para la lucha contra la pandemia de COVID-19.
La líder de la oposición Sviatlana Tsikhanouskaya se reunió el lunes en Bruselas con los ministros de Asuntos Exteriores de la UE para encontrar una forma de evitar a la administración del Estado a la hora de dar apoyo a médicos y hospitales.
“Le pedí a Europa que no apoye financieramente al régimen. Todo el dinero que el señor Lukashenko pueda conseguir ahora no irá para apoyar al pueblo bielorruso, sino que irá para esas represiones”, dijo a los medios de comunicación, en referencia a la represión de las protestas prodemocráticas.