El Fondo Monetario Internacional afirmó que es urgente que el Gobierno de México elabore un plan de alivio financiero para Pemex, ya que representa una gran presión para las finanzas públicas
El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que es urgente presentar un plan de alivio financiero sostenible para Petróleos Mexicanos (Pemex), que reste presión a las finanzas públicas y limite la exposición que genera en la cartera de algunos bancos del sector privado.
En las conclusiones a la revisión anual del Artículo IV para México, explicaron que en ausencia de un estímulo fiscal que otorgue un impulso contracíclico a la economía, la deuda pública puede aumentar a 73 por ciento del PIB en el 2025, esto al incluir el apoyo que requerirá la petrolera.
En el detallado análisis aseveraron que “es crucial realizar un seguimiento estrecho de los riesgos del sector bancario”, pues “la considerable incertidumbre sobre las perspectivas económicas hace prudente limitar la distribución de capital (por ejemplo, suspender los dividendos) hasta que la economía se recupere claramente”. Este riesgo es particularmente alto para los bancos pequeños, resaltaron.
En la Matriz de Riesgos que anualmente presentan en esta revisión, advirtieron que “un inesperado giro en la pandemia del COVID-19, continuará afectando al mercado laboral, lo que provocaría un impacto negativo en el sector turismo, elevaría los niveles de pobreza y podría generar estrés sobre los bancos pequeños”.
En esta radiografía económica y financiera que anualmente toma el FMI para identificar focos de riesgo, destacaron que sería pertinente también revisar el marco de quiebras, pues su modificación oportuna “puede facilitar la reasignación eficiente de recursos, y fortalecer los incentivos para que los bancos reacios al riesgo, otorguen crédito”.
“El sistema bancario está sujeto a importantes riesgos de concentración, la mayoría de los bancos están expuestos a un pequeño grupo de grandes corporativos, en algunos casos a través de su cadena de suministro, como Pemex”.
Pusieron de relieve la liquidación del Banco Ahorro Famsa, como un caso que “demostró la dificultad de evaluar la calidad crediticia de los bancos con gran exposición a partes relacionadas, una característica común de los bancos pequeños”.