El objetivo de la reforma que engloba a los trabajadores que cotizan ante el IMSS, es que obtengan una mejor pensión al momento de su retiro
El 2020 fue un año en el que los efectos de la pandemia han dejado consecuencias negativas para algunos trabajadores, pero también se presentaron eventos que, a largo plazo tendrán beneficios.
Tal es el caso de la reforma a la Ley del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), la cual fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el 16 de diciembre pasado y que en este año algunas de sus modificaciones entrarán en vigor, para completarse de forma gradual.
Entre los principales cambios que habrá se encuentra la reducción de mil 250 a 750 semanas de cotización para alcanzar una pensión; otro cambio tiene que ver con las aportaciones obligatorias que incrementarán gradualmente hasta 15 por ciento del salario base, desde 6.5 por ciento actual, en la cual la aportación de los trabajadores no presentará cambios y se mantendrá en 1.125 por ciento.
Otra de las modificaciones que se establecieron dentro de la reforma y que desató un debate tiene que ver con las comisiones que las administradoras de fondos para el retiro (afores) cobran a los trabajadores por la administración e inversión de sus ahorros.
Actualmente, las 10 afores que conforman al sistema han reducido sus comisiones desde el 2008 en beneficio del trabajador, este año, la Junta de Gobierno de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) autorizó que el porcentaje promedio de comisión sea de 0.808 por ciento; en el 2020 la comisión promedio fue de 0.922 por ciento, una disminución 11.4 puntos base.
Para el caso de la reforma se plantea una reducción que llegue a niveles internacionales para alinearse a países como Estados Unidos, Colombia y Chile.
Con información de El Economista