Las mujeres han sido las más afectadas por la crisis de desocupación, ellas representan el 84% de quienes salieron de la fuerza laboral hace un año y no han retornado
De las 1.6 millones de personas que dejaron de formar parte de la población económicamente activa (PEA) al primer trimestre de 2021, 1.3 millones son mujeres (84% del total) y apenas 266,547 son hombres, de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi.
“El impacto de la pandemia en el mercado laboral ha caído desproporcionadamente sobre las mujeres”, dijo Julio Santaella, presidente del Inegi.
“Históricamente las mujeres se han encargado del cuidado de los hijos y de los enfermos, probablemente esto haya provocado una mayor salida de mujeres de la fuerza laboral. Otra razón probable es que las mujeres en promedio tienen menor escolaridad, eso implica que si al interior de una familia se tuvo que decidir quién regresaba a trabajar, probablemente hayan decidido que fuera el hombre”, dijo Gabriela Siller, analistas de Banco Base.
Entre los impactos diferenciados de la pandemia, también se observa que del total de personas que salieron de la población ocupada, 1.5 millones eran trabajadores informales y sólo 504,051 se encontraban en las filas de la formalidad.
En general, la población desocupada presentó un incremento de 455,346 personas, alcanzando una tasa de 4.4%; casi un punto porcentual más de lo reportado en el arranque de 2020. En tanto, la población inactiva disponible para trabajar aumentó 47% en un año, sumando a 2.7 millones de personas.
La tasa de subocupación, otro elemento de la precariedad laboral y que comprende a las personas con jornadas reducidas y con la necesidad de ofertar más tiempo de trabajo, llegó a un nivel de 13.8% en el primer trimestre de 2021, un aumento de 5.4 puntos en el comparativo anual, sumando a 2.7 millones de personas a esta condición.