Se ha intensificado su uso para reducir la propagación de infección por Covid-19
El uso de mascarillas y respiradores para protección de los trabajadores de la salud ha recibido un interés renovado tras la pandemia de influenza de 2009 y emergente en enfermedades infecciosas como la Influenza Aviar, Síndrome respiratorio de Oriente Medio coronavirus (MERS-coronavirus) y el Ébola, según una investigación publicada en BMJ Open.
“Los virus respiratorios se transmiten predominantemente por aerosoles, gotitas y fomites. Las mascarillas, como las mascarillas quirúrgicas, las mascarillas N95 y los protectores faciales, y los sustitutos de las mascarillas quirúrgicas como las mascarillas de tela caseras, son una barrera física para la transmisión de aerosoles y gotitas”, menciona un análisis de Mina Bakhit y su equipo en Bond University en Australia.
Por ejemplo, durante la pandemia de la Covid-19, algunas jurisdicciones han implementado políticas que exigen el uso de máscaras en lugares públicos, en el transporte público o en otros entornos concurridos para evitar que las personas se infecten o infecten a otras personas, lo que ha conducido como un aliado en la protección.