Por miedo a contagiarse de Covid-19, la asistencia a los templos y parroquias ha disminuido hasta un 10 por ciento, reconoció Martín Lara Becerril, vicario general de la Diócesis de Querétaro
Por miedo a contagiarse de Covid-19, la asistencia a los templos y parroquias ha disminuido hasta un 10 por ciento, reconoció Martín Lara Becerril, vicario general de la Diócesis de Querétaro.
“El número de participantes ha bajado desde un cinco y hasta un 10 por ciento, y eso significa que la gente tiene miedo y por lo tanto es previsora”.
Por ello, destacó, las celebraciones eucarísticas siguen llevándose a cabo a través de las redes sociales.
“Las parroquias siguen transmitiendo vía digital las celebraciones religiosas y la catequesis, porque el mandato dominical del obispo (Fidencio López Plaza) sigue presente, es decir, que las personas pueden ver por Internet la celebración de la Santa Misa y es válida”.
Detalló que actualmente asisten a las iglesias los católicos que se sienten seguros y en posibilidad de hacerlo, respetando el aforo del 50 por ciento.
“No solo se está respetando el aforo del 50 por ciento, sino que también se sigue con la aplicación de las medidas sanitarias establecidas por las autoridades estatales y federales, como es el uso del cubrebocas, la aplicación del gel antibacterial y se mantiene la sana distancia”.
Dijo que sí se ha notado que la gente tiene miedo a esta tercera ola, porque las celebraciones matrimoniales y de 15 años que fueron agendadas desde hace más de un año actualmente se reagendaron para más adelante.
“Todas las celebraciones religiosas de bodas y 15 años nuevamente las han reagendado para cuando los escenarios sean mejores y esto obedece a que la gente es consciente de la gravedad en el aumento de casos de contagio”.
En otro tema, Lara Becerril refirió que aún no se tiene cuantificado el monto que se necesitará para reparar la escultura de Cristo Nazareno que fue destrozada la semana pasada por una persona que se encontraba bajo los efectos de alguna droga.
“Esta escultura tenía más de 200 años de antigüedad y presenta fractura en los pies, se separó el dorso y tiene daños en la cara, así que aún no sabemos cuánto costará la reparación, que está a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)”.