Estamos a escasos días de que tomen protesta los nuevos gobiernos, el estatal y los municipales en los cuatro municipios conurbados que forman la metrópoli queretana. ¿Tendremos nuevos viejos gobiernos o habrá cambios reales en perspectiva?
La agenda municipal en materia urbana sigue pendiente: sigue pendiente el ajuste al Código urbano para armonizarlo con la ya no tan nueva legislación federal, que, siendo claros, cumplirá cinco años en octubre. Siguen en veremos los planes parciales de desarrollo urbano de las siete delegaciones del municipio de Querétaro; sigue pendiente la hechura, revisión y actualización de los reglamentos de construcciones, medio ambiente y desarrollos inmobiliarios en El Marqués, Querétaro y Huimilpan.
Y es que el conjunto de herramientas que necesita está Zona Metropolitana, necesita a su vez un centro de control: el centro de mando que significaría el Instituto de Planeación Urbana, entidad anhelada que no ha contado con la voluntad política.
Tenemos también latente un ajuste institucional a la Comisión Estatal de Aguas y la revisión de la pertinencia organizativa de la Secretaría de Movilidad municipal frente al Instituto de Transporte estatal; así como el vínculo de esta instancia normativa con la Comisión Estatal de Infraestructura y la vieja, muy vieja, SDUOP estatal, que ya se quedó institucionalmente en la prehistoria administrativa.
La agenda es vasta y la pregunta subyace: ¿tienen esto en mente los nuevos legisladores, los alcaldes que repetirán y el gobernador electo?, ¿el próximo secretario estatal Fernando González Salinas tendrá pensado llegar a corretear estos asuntos? Esperemos que así sea, pues pasaron seis largos años y poco, muy poco, se avanzó en estos temas de la arqueología institucional para el desarrollo urbano y la política de planeación. ¿Hubo obras?, sí, muchas, sin embargo, deberá reconocerse que el andamiaje para la democratización de la toma de decisiones en la ciudad es una asignatura pendiente.
La fortaleza que significa la continuidad de Acción Nacional deberá aprovecharse para que, en ese entorno de concordia política, se puedan construir los consensos y equilibrios para replantear administrativamente todo el sector. Ya lo veremos.