“Una verdadera cacería humana, asustando, emboscando y desarticulándolas mediante el uso desmedido de la fuerza”, eso es lo que hace el gobierno mexicano con los migrantes, afirmó el obispo de Tapachula, Jaime Calderón Calderón.
En un comunicado dijo que “la espera de los migrantes de un documento que les permita el tránsito seguro por el país, ha sido interminable. No hay dinero que alcance para una espera tan larga, terminaron por gastar todo lo que traían e iniciaron un calvario angustioso de hambre, hacinamiento, drogas, problemas de salud y desesperación en general”.
Luego de denunciar la “represión” utilizada por el gobierno mexicano para desintegrar los cuatro contingentes que salieron en días recientes, Calderón Calderón, consideró que “es probable que, por el trato recibido, la salida de las caravanas sea menos frecuente, pero en Tapachula, la aglomeración, el hacinamiento, el desempleo, el hambre, la tentación de refugiarse en las drogas, los problemas de salud y el estrés colectivo, fruto de la sobrepoblación, siguen siendo el pan de cada día”.