El vocero de la Diócesis de Querétaro, Martín Lara Becerril, anunció que -durante las celebraciones religiosas decembrinas- estarán prohibidas la quema de castillos de pirotecnia y las danzas de concheros
José Martín Lara Becerril, vocero de la Diócesis de Querétaro, informó que en las fiestas católicas que se celebrarán a lo largo del mes de diciembre quedará prohibido la quema de castillos de pirotecnia y las danzas de concheros, así lo dio a conocer en rueda de prensa.
El también vicario general explicó que a través de una reunión que sostuvo con la Dirección de Protección de Riesgos Sanitarios de la Secretaría de Salud en el estado se llegaron a diversos acuerdos, debido a que este mes hay varias festividades en la vida del católico.
Entre los principales acuerdos generales están el que los juegos mecánicos que se instalen en ferias tienen permitido un aforo de 30 por ciento, los puestos de comida al 50 por ciento y se dará prioridad a que sea para llevar; asimismo, la única pirotecnia permitida para detonar serán los “cohetones y bombas”, sin olvidar que al interior de los recintos religiosos el aforo máximo es de 85 por ciento.
“Tienen que notificar por escrito a las autoridades correspondientes de los eventos que se llevarán a cabo en cada templo o parroquia. La pirotécnica se podrá utilizar con el respectivo permiso de la Sedena y de Protección Civil, todos los organizadores de las fiestas saben muy bien estos trámites. Necesitamos hacer un festejo muy responsable en los ámbitos religiosos, familiares y sociales”.
En cuanto a la música, por ejemplo, grupos de banda, mariachi o cualquier otra agrupación, podrán estar solamente en los atrios de las iglesias con todas las medidas sanitarias.
Sobre las posadas de barrios, el vocero dijo que sí se podrán llevar a cabo; pero sugirió a los párrocos y representantes de cada uno de los barrios que este año se realicen por calles para evitar la concentración de personas.
“Una calle concentra menos gente que el barrio, entonces que se organicen por calles y así se hagan las posadas en cada uno de los barrios, buscando que el número de personas que se concentren por calle no rebase a las 200 gentes y no estar reunidas más de dos horas; además de que establezcan sus rutas de flujo, es decir, bien marcadas las entradas y salidas independientemente de que se haga en una calle al aire libre”.