El Presidente instó al gobierno de Austria a reconsiderar el planteamiento de México para devolver o prestar con propósitos de exhibición en el país el penacho de Moctezuma, así como otros objetos del patrimonio cultural y artístico nacional
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, insistió este miércoles en que Austria debería devolver al país el icónico penacho de Moctezuma, ubicado en un museo de Viena, y acusó al Gobierno austriaco de actuar en el pasado con “prepotencia y arrogancia”.
“Hay que seguir insistiendo que nos devuelvan el penacho y que nos devuelvan todo lo que se han robado y que pertenece a los mexicanos”, indicó el mandatario durante su conferencia de prensa matutina.
El penacho de Moctezuma, que México lleva décadas reclamando, está compuesto de miles de plumas de quetzal, unidas por centenares de placas de oro.
Aunque se desconoce su origen y cómo llegó a Austria, muchos historiadores asumen que fue un regalo del propio Moctezuma al conquistador español Hernán Cortés, que después se la envió al emperador Carlos I, de la casa de Habsburgo.
El presidente recordó que en 2020 su esposa, la historiadora Beatriz Gutiérrez Müller, viajó a Austria para entregarle una carta al presidente de aquel país, Alexander Van der Bellen, en la que solicitaba el préstamo del penacho para ser expuesto en México en 2021 en los aniversarios de la conquista y la independencia, pero se negaron.
“La respuesta fue que no argumentando de que no iba a resistir el viaje. Lo cierto es de que se han apropiado de algo que se los mexicanos, como suele pasar en todo lo que tiene que ver con el arte y la cultura”, manifestó.
Y calificó el encuentro entre Van der Bellen y Gutiérrez Müller como “muy desagradable”, ya que el mandatario no tenía mucho conocimiento del penacho y estaba rodeado de personas “que se sienten los dueños del penacho”.
“Hubo esa negativa, es una actitud muy arrogante prepotente y no hay justificación de que no pudiera trasladarse (a México). Ni siquiera estábamos planteando (…) que nos lo devolvieran, que era nuestro, no, era para que se exhibiera”, insistió.
Y expresó su esperanza de que en algún momento el Gobierno austriaco cambie de parecer respecto al icónico objeto.