Era mayo de 2003, los filtros para llegar a “La Bombonera” abarcaban varias calles y las filas avanzaban lento. No nos preocupamos porque teníamos tiempo para llegar a ver el juego de Boca Juniors contra Santa Fe.
Argentina enfrentaba una crisis económica grave que impactaba en el ánimo y había desatado muchos actos de violencia en los estadios de futbol de todo el país.
Desde antes de llegar al estadio de Boca, nuestros colegas ya nos habían advertido que no dijéramos que éramos mexicanos, para evitar cualquier agresión. Recuerdo los costales repletos de encendedores, las cajas repletas de hebillas de cinturones, correas, cadenas y cualquier cosa que pudiese ser utilizada como arma.
Tuvimos dos décadas y no entendimos que debíamos evitar la violencia en los estadios de futbol.
Y no aprendimos que desde el periodismo no podemos reproducir, como lo hicimos, las imágenes, fotos, audios y videos de las golpizas.
Medios y periodistas debemos informar, sí; debemos documentar los hechos, por supuesto… pero llevamos media semana viendo a todas horas las mismas imágenes en televisión que solo terminan exaltando esa violencia que, después, las estrellas de la tele pretenden criticar y hasta ponerle cualquier cantidad de adjetivos… como si sus adjetivos no fueran también un acto de violencia.
Las fotos siguen en las portadas de los diarios y no faltará quien diga que esas imágenes ayudarán a identificar a las personas responsables. Claro que sirven, pero ¿los van a encontrar más rápido si los pasan cada 10 minutos en la tele?
En esos famosos “grupos de WhatsApp” vi lamentables mensajes de colegas que afirman, sin evidencia periodística ni citando fuentes, que hubo personas muertas. Ejemplo de querer ganar la nota antes de informar.
Afortunadamente hubo ejemplos de buen periodismo. Colegas consultando a colegas en Querétaro y pidiendo información de primera mano; colegas que se esperaron el tiempo necesario para publicar con la mayor cantidad de información confirmada hasta ese momento.
Y sobre todo vi buenas piezas periodísticas narrando hechos sin utilizar adjetivos ni opinar sobre lo sucedido.
Por fortuna muchos sectores de nuestras audiencias son muy maduros e inteligentes, y han aprendido a diferenciar la información que le sirve de la que es basura. Esas audiencias son las que dan sentido al buen periodismo que necesitamos.
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*Periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Conduce el programa “Periodismo hoy”, que se transmite los martes a las 13:00 h, por Radio Educación.