El glaucoma es una enfermedad crónica, progresiva e irreversible que daña el nervio óptico y puede ocasionar la pérdida de la visión
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el glaucoma es la primera causa de ceguera irreversible, siendo la población latina la más propensa a padecer esta condición médica.
Actualmente, en México existen 1.5 millones de casos, de los cuales 50 mil han perdido la vista a causa de una detección tardía, de ahí la importancia de realizarse estudios oftalmológicos al menos una vez al año.
En el marco del Día Mundial del Glaucoma, que se conmemora el 12 de marzo, especialistas del Colegio Mexicano de Glaucoma informaron que existen diversos tipos de glaucoma como el de ángulo cerrado y el de ángulo abierto, donde este último es considerado el más común en la población general.
En su etapa inicial, el glaucoma no presenta ningún síntoma, no causa dolor y la visión permanece normal; si el paciente no recibe un tratamiento oportuno, el nervio óptico se daña lentamente y, si no se detecta a tiempo, se presentará ceguera en un estado crítico.
El cirujano oftalmólogo Enrique Alberto Alvarado Mena, presidente del Colegio
Mexicano de Glaucoma, afirmó que: “Sin tratamiento, las personas con dicha condición perderán lentamente su visión; el daño inicia afectando la vista periférica y, a medida que avanza, la condición de salud afectará la visión central. Pues en etapas avanzadas, la pérdida del campo visual se reduce al máximo de tal forma que el paciente percibe como si estuviera mirando a través de un túnel (visión tubular)”.
El glaucoma no tiene cura, por ello, durante los primeros posibles indicios, es importante visitar a un oftalmólogo, quien puede realizar los estudios apropiados para descartar o atender de manera oportuna al glaucoma.
De acuerdo con la Dra. Karla Dueñas, especialista en esta condición: “El tratamiento del glaucoma consiste en reducir la presión intraocular con el propósito de disminuir su avance. La reducción de la presión ocular, inicialmente se propone a base de gotas que disminuyen la producción de humor acuoso (líquido interno del ojo) o bien, ayudan a aumentar su salida”.
También existe la terapia con láser, la cual puede agregarse al tratamiento farmacológico y que consiste en hacer más permeable el sitio de salida del humor acuoso.
La cirugía es propuesta para casos donde hay poca respuesta a los fármacos, al láser, o bien a aquellos pacientes con glaucoma muy avanzado.