Podemos ir desde el enojo a la risa y hasta pasar por la pena y la frustración y, claro, eso puede pasar en todo momento, pero cuando la prensa mundial publica una estupidez, es para eso y mucho más.
Este lunes el mundo se volvió loco con el rumor de la muerte del Papa emérito Joseph Ratzinger, lo que resultó ser una de las mejores tomadas de pelo en la historia.
Y es que en cuanto se publicó un ‘tuit’ donde se daba por hecho el fallecimiento de aquel que fue líder de la iglesia católica, los medios del mundo dejaron de hacer lo más elemental que debieron hacer: periodismo.
Aquí varias veces he comentado esta frase que es regla en el trabajo profesional de periodistas: “Si tu mamá te dice que te quiere, compruébalo”.
Cualquier hecho que parezca noticioso debe siempre pasar por una serie de filtros antes de publicarse. El periodismo profesional exige un mínimo de calidad y esta comienza precisamente por la verificación y la confirmación de cada hecho, de cada dato, de cada declaración.
Los medios del mundo y, claro, los mexicanos, simple y sencillamente tomaron como real un mensaje publicado en Twitter y sin más, lo convirtieron en noticia.
Nunca pasó por un proceso de verificar la cuenta de origen, de conocer la identidad de la persona que publicó el mensaje original. La prensa no reparó en ver qué datos ofrecía ese tuit, qué información creíble contenía el mensaje.
Tampoco hicieron por verificar los hechos ni por buscar fuentes directas y confiables, fuentes oficiales de El Vaticano, de la sede católica en Alemania, fuentes médicas, gubernamentales y hasta de la familia del supuesto fallecido.
En vez de eso, solo copiaron y pegaron, y le aderezaron con lo que les salía del corazón (favor de leer con sarcasmo) y recuperando las biografías que ya se tienen listas para estos casos.
Al final la mentira salió y no fue gracias a periodistas profesionales, sino a personas usuarias de Internet y de Twitter que recordaron que hay un simpático personaje italiano que durante varios años se ha dedicado a publicar mentiras y falacias con el argumento, según él, de hacer estudios sociológicos sobre el comportamiento de las personas en redes digitales.
Pocos hechos noticiosos pueden hacer que se detengan las redacciones de todo el mundo. Pocas noticias pueden ser la nota de portada de todos los periódicos del mundo el mismo día y uno de esos hechos es sin duda la muerte de un Papa.
Hoy, esta mentira puso en evidencia que el mal periodismo existe en todo el mundo y que, si un medio o periodista se descuida, no solo hará el peor ridículo de su vida, sino que le seguirá dando puntos para alejar a la audiencia y favorecerá para que la desinformación nos siga inundando en estos tiempos de sobresaturación de información y posverdad.
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*Periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Conduce el programa “Periodismo hoy”, que se transmite los martes a las 13:00 h, por Radio Educación.