El escritor estadounidense Stephen King cumple este miércoles 75 años, con una última obra recién publicada, “Fairy tale”, y pocas intenciones de guardar su pluma
En palabras del investigador Thomas Gustafson, de la Universidad de California, Stephen King “es parte de una tradición de narrativa de terror en la literatura y cultura estadounidenses que se remonta al miedo puritano de Nueva Inglaterra al mal, al diablo, a los monstruos impíos y a nuestra propia falta de bondad, compasión y amor, algo que puede proporcionarnos recompensa o castigo divino”.
“Los narradores no tenemos una idea muy clara de lo que hacemos. Cuando es bueno, no suelen saber por qué y cuando es malo, tampoco”, decía el propio Stephen King en su libro “Mientras escribo”.
En esa reflexión sobre su proceso creativo, admitía que entre sus intereses, que no se atreve a llamar obsesiones, está por qué, si hay Dios, ocurren cosas “tan horribles” (“The stand”), la fina línea divisoria entre realidad y fantasía (“The dark half”) “y sobre todo el atractivo irresistible que puede tener la violencia para gente básicamente bondadosa (‘The shining’)”.
“Escribir no es cuestión de ganar dinero, hacerse famoso, ligar mucho ni hacer amistades. En último término, se trata de enriquecer las vidas de las personas que leen lo que haces y al mismo tiempo enriquecer la tuya”, apunta el autor, que lleva casi cinco décadas encomendado a esa labor.
Y según afirmaba en 2019, planea hacerlo hasta que reciba una señal divina: “Dios me dirá cuándo retirarme. Dirá: ‘Déjalo ya, cuelga las botas, tu ciclo ha llegado a su fin’. Pero hasta entonces, seguiré. Este es el mejor trabajo del mundo, porque nadie puede obligarme a jubilarme a una edad”.