¡Se equivoca el presidente!, por supuesto que sí es nota que el secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, haya cancelado su reunión con diputados federales de la Comisión de la Defensa Nacional para hablar sobre el hackeo del grupo Guacamaya a la Sedena; más aún si el argumento fue que le resultó “ofensiva” una carta del secretario de dicha comisión, Sergio Barrera Villanueva, quien -por cierto- goza de fuero constitucional para poder expresarse libremente …. y que, cabe subrayar, no contenía términos irreverentes ni ofensivos.
Pero, antes, también fue nota que el general pidiera que el encuentro se llevara a cabo, no en la sede del Congreso, sino en las instalaciones de la Secretaría de Defensa; igualmente lo fue que el secretario de Gobernación -el López que quiere seguir porque estamos “Agusto”- asumiera funciones de su vocero y defensor.
¡Aunque la madre de todas las notas en este asunto es que el mismísimo Ejército Mexicano hubiera sido hackeado!, y, además, ¡6 terabytes de información!; y el que el presidente López Obrador confirmara la veracidad de los contenidos que han sido revelados, ¡ni se diga!; “cuantimás” dirían en mi pueblo, si la Auditoría Superior de la Federación (ASF) había ya advertido, en un informe de 48 páginas, sobre deficiencias en la administración y la operación de controles de ciberseguridad para la infraestructura de hardware y software de la Secretaría.
Y ¿cómo no dar importancia a que, adicionalmente, el mandatario declarara que no habría sanciones, porque no es partidario de ello? Tan solo del citado informe de la ASF se desprendieron 12 recomendaciones y 2 pliegos de observaciones ¿a poco eso no es nota?
¿Y cómo no va a ser nota, adicionalmente, que uno de los informes hackeados del Centro Regional de Fusión de Inteligencia revelara un presunto contubernio entre criminales y autoridades en la gestión de Adán Augusto López como gobernador de Tabasco, y que el secretario de la Defensa abogara ante el presidente por el capitán José Martínez Crespo, detenido por su presunta vinculación con Guerreros Unidos, a propósito de los 43 jóvenes desaparecidos de Ayotzinapa?
¿Y acaso no es de interés noticioso el que el presidente impidiera con un “no vamos a manchar la mañanera” durante su conferencia del miércoles pasado que Cresencio Sandoval, ahí presente, respondiera al legítimo cuestionamiento de una periodista (quien, cabe subrayar lo hizo en forma cortés: “Presidente, y otro tema, sin afán de confrontar, sino más bien de que se hable del asunto este del hackeo que hubo de este grupo Guacamaya, aprovechando que está aquí el general, no sé si nos pudiera comentar pues cómo fue que pasó. También, ¿qué se ha hecho con esta información? Han surgido pues una cantidad innumerables de cables. Si toda esta información es verdad. ¿Qué se hace también?, porque se ha vinculado a algunos funcionarios, sobre todo locales, se habla de que tiene nexos con el crimen. ¿La Sedena qué hacía con este tipo de información? Si se les pasaba a los procuradores, si se abrían carpetas de investigación?)?
Por supuesto que sí es nota, al igual que la socarrona declaración de un mandatario federal -“No le den importancia a eso, no es nota, no, no, no, no es nota. Nota es el que el peso sea la moneda menos devaluada en el mundo, eso sí es nota, lo demás son nuestros adversarios conservadores”- ante un tema de tal importancia, particularmente si la expresión pretende la censura o el ocultamiento.
