En una reunión entre educadores en la que participé recientemente, Minerva, una de mis colegas, nos lanzó un par de preguntas que nos puso seriamente a pensar a los presentes: “¿De qué manera se encuentra ligada tu ocupación docente con el tipo de persona que eres? ¿Aquello que te motivó originalmente a ser profesor o profesora sigue vigente en ti o ha ido cambiando?”.
Yo, en lo personal, empecé a dar clases a nivel universitario hace 44 años y dicha labor ha sido una constante en todas las etapas de mi vida laboral. Sin embargo, si ustedes me preguntan si alguna vez me visualicé como docente o soñé con llegar a serlo, la respuesta es negativa. A pesar de ello, estar frente a un grupo de estudiantes me sigue pareciendo igual de fascinante que el primer día. Hasta ahora he impartido cátedra en seis universidades nacionales, una estadounidense y una europea, y en todas me he sentido como en casa, incluyendo la institución universitaria de la que formo parte actualmente.
Gracias a una investigación de la casa consultora Bain & Company (2022), me resulta más fácil entender por qué escogí una ocupación que más bien parecería haberme escogido a mí. También estoy cierto de que dicho estudio te ayudará a ti, lector / lectora, a entender el tipo de actividad laboral que decidiste ejercer.
Un equipo de investigadores dirigido por Andrew Schwedel, socio fundador de la referida empresa, identificó 10 variables que influyen en el tipo de ocupación por la que hemos optado. A saber: centralidad en el trabajo (¿mi forma de ganarme la vida me define como persona?), orientación financiera (¿las carretadas de dinero me dan la felicidad?), orientación al futuro (¿me enfoco en el presente o en lo que podría venir adelante?), estatus (¿me resulta importante que otros me vean como una persona exitosa?), tolerancia al riesgo (¿hasta qué punto disfruto afrontar los riesgos?), variedad (¿prefiero una ocupación estable o busco el cambio constante?), autonomía (¿anhelo controlar mi destino o prefiero ser guiado por otros?), colaboración (¿mi trabajo me exige un esfuerzo individual o se orienta a una tarea de equipo?), capacitación (¿convertirme en experto es un fin en sí o solo un medio para lograr lo que quiero?), autotrascendencia (¿aspiro a hacer una diferencia en el mundo?).
Dependiendo de cuáles de las variables anteriores te resulten más importantes, será la modalidad que seleccionarás para ganarte la vida. Por ejemplo, el talento humano de alto nivel educativo tenderá a concederle una mayor importancia a tres variables: autonomía, orientación al futuro y autotrascendencia. Dichos individuos buscarán ser reconocidos como exitosos, sus metas a futuro serán claras y específicas, y se mostrarán interesados en establecer una diferencia en su respectivo ámbito de desempeño.
Los investigadores de Bain & Company identifican seis modalidades de ocupaciones laborales, que dependerán del tipo de intereses más valorados por la persona: operadores (gozan de trabajar en equipo), donantes (buscan mejorar la calidad de vida de otros), artesanos (quieren ser vistos como expertos), exploradores (valoran su libertad personal ante todo), luchadores (desean volverse ricos y famosos) y pioneros (anhelan transformar el mundo).
En la siguiente entrega describiré cada una en detalle.
