El sacerdote Filiberto Velázquez Florencio explicó que “los pobladores están refugiados en los pocos cuartos de material (concreto) que hay construidos”, pues los artefactos explosivos logran dañar sus viviendas
El ataque con drones en la sierra de Heliodoro Castillo, en Guerrero, dejó un muerto este fin de semana y el riesgo de que el lunes no inicie el ciclo escolar por la crisis de seguridad que viven los pobladores, ante la presunta amenaza de expansión a esa región del grupo delictivo La Familia Michoacana.
Algunos pobladores de la comunidad El Caracol que lograron tener contacto con el Centro de Derechos Humanos Minerva Bello informaron el sábado que mediante drones les lanzaron bombas de fabricación casera. El ataque empezó a mediodía y terminó a las 20:00, aunque se reanudó la mañana de este domingo.
El sacerdote y director de ese centro, Filiberto Velázquez Florencio, explicó este domingo en rueda de prensa que “los pobladores están refugiados en los pocos cuartos de material (concreto) que hay construidos”, pues los artefactos explosivos logran dañar sus precarias viviendas de techo de lámina.
Recordó que en mayo se registró el primer ataque en ese lugar y los 600 habitantes se desplazaron a Tlacotepec, sin embargo, regresaron a su terreno, porque es ahí donde tienen su único patrimonio.