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viernes, febrero 28, 2025
    GURÚESDe la autoestima a la autocompasión (parte 2)

    De la autoestima a la autocompasión (parte 2)

    Como señalaba en la entrega anterior, la autoestima y la autocompasión son herramientas que favorecen el bienestar personal, pues nos ayudan a valorarnos y querernos. Los individuos con alta autoestima confían ampliamente en su habilidad para salir adelante de los retos que les presenta la vida y aquellos caracterizados por la autocompasión muestran paciencia y comprensión hacia sí mismos cuando las cosas no salen como ellos quisieran.

    Si deseas saber qué tan elevada es tu autoestima, pon atención a las siguientes frases. Al ir leyendo cada una, anótate un punto si describe acertadamente cómo te ves a ti mismo: 1) soy una persona tan valiosa como los demás; 2) poseo las cualidades necesarias para vivir bien; 3) cuando me cruzo con mi mirada en el espejo, la sensación resulta agradable; 4) puedo reírme de mí mismo; 5) me siento feliz de ser yo; 6) me siento bien conmigo mismo, aunque otros me rechacen; 7) me quiero y me doy apoyo sin importar lo que pase; 8) me siento satisfecho de la manera en que me he desarrollado como persona; 9) sé cómo respetarme, y 10) prefiero ser yo en vez de querer ser alguien más.

    Suma tus puntos. La calificación obtenida es la que obtendrías si hubieses tomado un examen de autoestima en la escuela. ¿Sacaste ocho, nueve o 10? Felicidades. Si no fue así, te será posible elevarla si desarrollas cualidades como las que ahora describo: A) IDENTIDAD PROPIA. Si tienes sentido de identidad, podrás contestar sin problemas las preguntas “¿quién soy?” y “¿cuáles son mis rasgos esenciales como persona?”. B) APRECIO POR TI MISMO. ¿Tienes un concepto favorable de ti?, ¿te valoras como persona? Si es así, cumples adecuadamente con este rasgo. C) AUTOCONFIANZA. ¿Crees en tus propias habilidades?, ¿te consideras eficaz y competente? Los individuos que dicen “soy capaz de hacerlo” demuestran confianza en sí mismos. D) ORGULLO PROPIO. Si te sientes orgulloso de quien eres, te consideras una persona digna y valiosa. E) HUMILDAD. Reconoces tus imperfecciones y aceptas que aún tienes cosas por aprender.

    De acuerdo con Glenn Schiraldi, autor del libro “The self-esteem workbook”, estos son algunos de los ENEMIGOS DE LA AUTOESTIMA: 1) Creer que sucederá lo peor sin fundamento alguno: “La voy a pasar mal en esa reunión social” o “me van a salir mal las cosas porque no me preparé lo suficiente”. Sería más saludable pensar: “Tal vez disfrute o no esa reunión; por lo pronto, asistiré y ya veré qué pasa”. 2) Convertirse en esclavos del “debería”: “Debería ser la esposa perfecta” o “debería sentirme feliz”. 3) Exigir de la vida una realidad idealizada: “¿Por qué tuvo que pasarme esto?”. Lo cierto es que en la vida real pasan cosas buenas y malas, ¿por qué asumir entonces que tendría que haber pasado algo bueno? 4) Pensar en términos de todo y nada: “Si no lo hago bien es porque soy un fracasado”, o “Si saco menos de 10, sentiré que me he fallado”. 5) Generalizar lo negativo: “Nunca me ha ido bien en el amor”, “todos me odian”. Mejor pensar en términos más precisos: “Aún no he desarrollado algunas de mis habilidades al máximo”. 6) Etiquetarme de manera desfavorable: “Soy aburrido”. Mejor pensar que en ocasiones lo soy, pero en otras, no. 7) Compararme con el fin de autodevaluarme: “Mi cuñada es muy simpática; yo, ni de chiste”. 8) Culpar a los demás por mis fallas: “Me va mal en la vida porque mis padres nunca me quisieron”, u “¡Otra vez me hiciste enojar!” (lo cierto es que tú decidiste enojarte).

    (CONTINUARÁ LA SIGUIENTE SEMANA)

    De la autoestima a la autocompasión (parte 1)

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