La equinoterapia en México comenzó siendo una opción de rehabilitación para la población de clase alta
La equinoterapia en México comenzó a conocerse en la década de los 80 como una opción de rehabilitación para la población de clase alta, debido al alto costo de las actividades ecuestres; sin embargo, en los últimos años, se ha convertido en una opción de más fácil acceso, ya que existen instituciones tanto gubernamentales como privadas que han generado las condiciones para que más personas puedan ser rehabilitadas con estos tratamientos.
La terapia asistida con caballos, mejor conocida como equinoterapia, es un método de rehabilitación que en los últimos años ha ganado terreno en Querétaro, pues ha generado notables mejoras en los pacientes, principalmente personas con algún tipo de discapacidad motriz o trastornos como el autismo, síndrome de Down y enfermedades neurodegenerativas y traumatismos.
Este tipo de terapia puede ser empleada en pacientes que tengan desde cuatro meses de edad, con la estimulación temprana, hasta adultos mayores, siempre y cuando sean candidatos, ya que no todos son aptos para ella, por lo que un equipo de especialistas tiene que conceder el visto bueno, señaló Paulina Lara Hernández, psicóloga clínica y equinoterapeuta.
Los caballos tienen efectos terapéuticos que benefician a los pacientes, ya que son animales dóciles, tranquilos, adaptados y sociables, aptos para trabajar con personas de cualquier edad, debido a que sus características físicas les permiten la relajación muscular y la activación de la circulación sanguínea de los pacientes a través de los impulsos rítmicos de la cabalgata, explicó.
La especialista detalló que no todos los caballos son aptos para realizar esta función, por lo que se requiere de un proceso de desensibilización del animal, educándolo para que pueda realizar las actividades necesarias para las rehabilitaciones; deben ser animales de “sangre fría”, con fuerza, resistencia y calma, lo cual hace que su adiestramiento pueda ser dirigido al trabajo terapéutico, añadió Lara Hernández.
No obstante, apuntó, los beneficios de la equinoterapia no solo se relacionan con la recuperación física del paciente, sino que también con lo psicológico, por medio de la socialización entre paciente y animal, provocando la estimulación cognitiva con la generación de vínculos afectivos, incrementando la autoestima, la seguridad, la capacidad de contracción y autocontrol, y ayudando a disminuir el estrés del paciente.
Existen diferentes tipos de terapia asistida con caballos, pero la equitación pedagógica es una de las más utilizadas; esta consiste en integrar una discapacidad con el caballo y su entorno para crear un vínculo que potencializa la motivación, concentración y aprendizaje del paciente; la hipoterapia y la equinoterapia social ayudan a la estimulación afectiva y socialización, dotando a las personas con discapacidad de una mejora de su adaptación social; el volteo terapéutico es la terapia basada en realizar ejercicios sobre el lomo del caballo para mejorar la coordinación y el equilibrio.
La equinoterapia adaptada va dirigida a aquellos pacientes que ya han tenido experiencia previa, pero que requieren de una mayor práctica en la monta con fines de ocio o deportivos, y la terapia ecuestre ocupacional consiste en realizar actividades relacionadas con la higiene y cepillado del caballo, la limpieza y mantenimiento de materiales con la finalidad de facilitar la inserción laboral de las personas con discapacidad.
Para poder realizar trabajos de rehabilitación con caballos, se debe contar con un equipo denominado célula equinoterapéutica, conformada por un cabestreador, quien es el que guía al caballo, un terapeuta y un auxiliar, que son fundamentales para la planeación integral de la terapia, mencionó la equinoterapeuta.
“Debe existir una valoración física que la puede hacer un fisioterapeuta, una valoración psicológica, y es imprescindible la vacuna del tétanos, y copias de diagnósticos del paciente”, añadió.
Finalmente enfatizó que también existen limitaciones para que una persona sea apta para la equinoterapia, como la osteogénesis imperfecta, comúnmente conocida como huesos de cristal, así como la escoliosis y lordosis con grados elevados.
