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septiembre 19, 2024

El aventurero Saint-Exupéry

Hoy se cumplen 80 años de la misteriosa desaparición de Antoine de Saint-Exupéry en aguas del Mediterráneo, una fecha que no solo rememora el enigma de su último vuelo, sino también el legado que dejó a través de su obra célebre, “El Principito”

Antoine de Saint-Exupéry, pionero de la literatura y la aviación, nos enseñó a valorar lo esencial y explorar más allá de lo visible. Nacido el 29 de junio de 1900 en Lyon, Francia, en una familia aristocrática, su infancia estuvo marcada por la temprana muerte de su padre y hermano. A pesar de estos golpes, disfrutó de una niñez feliz en el castillo de Saint-Maurice-de-Rémens.

Su fascinación por las nubes comenzó temprano, diseñando una bicicleta voladora y tomando su primer vuelo en 1912. Su camino hacia la aviación no fue sencillo: fracasó dos veces en ingresar a la escuela naval y abandonó la Escuela de Bellas Artes sin graduarse. En 1921, fue conscripto en el ejército francés, donde finalmente calificó como piloto.

Saint-Exupéry se unió a la Compagnie Générale d’Entreprises Aéronautiques, volando correo aéreo desde Toulouse a Dakar en una época en que la aviación comercial era extremadamente peligrosa. A partir de 1935, se desempeñó como corresponsal para los periódicos “Intransigeant” y “Paris Soir”, en Rusia y España.

Durante esta etapa, también participó en diversos ‘raids’ aéreos con su avión Simoun, como el París-Saigón y el Nueva York-Tierra del Fuego, acumulando una década de aventuras que quedarían inmortalizadas en su novela “Tierra de hombres” (1939). Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Saint-Exupéry se convirtió en piloto de reconocimiento.

Tras la caída de Francia, se trasladó a Nueva York, donde escribió “Piloto de guerra” (1942), basado en sus experiencias durante el conflicto, y “El Principito” (1943). Poco después, regresó al servicio activo en el norte de África y escribió “Ciudadela”, una obra de reflexiones filosóficas y políticas que fue publicada póstumamente en 1948.

Su desaparición

La vida personal de Antoine de Saint-Exupéry estuvo marcada por su relación con Consuelo Suncin, una artista y escritora que inspiró varios personajes en sus obras. Tras su desaparición, Consuelo luchó por obtener una parte de sus derechos literarios. Sin embargo, el autor de “El Principito” fue famoso por sus numerosas aventuras extramatrimoniales durante sus largos viajes.

Su relación más significativa fue con la aristócrata francesa Hélène de Vogüé, conocida como Nelly. Durante la Segunda Guerra Mundial, de Vogüé fue objeto de vigilancia por parte de la Oficina de Inteligencia Aliada debido a su habilidad para moverse libremente entre territorios aliados y del Eje, utilizando varios alias que generaron especulaciones sobre su posible papel como agente de la Francia de Vichy y colaboradora nazi.

El 31 de julio de 1944, Saint-Exupéry despegó en una misión de reconocimiento desde Córcega y nunca regresó.

En 1998, un pescador encontró un brazalete identificativo con su nombre cerca de Marsella, y en 2000 se descubrieron restos de su avión. Aunque en su momento se especuló que su Lockheed P-38 Lightning podría haber sido derribado por la aviación alemana, no se hallaron signos de que hubiera sido abatido, lo que llevó a considerar otras teorías, como un accidente fatal o, según algunos biógrafos, un posible suicidio relacionado con los estragos psicológicos de la guerra.

Tras su desaparición, Nelly se convirtió en la ejecutora de sus obras literarias. Publicó su biografía en 1949 bajo el seudónimo Pierre Chevrier y gestionó las ediciones póstumas de sus manuscritos. Además, entregó su colección de escritos a los Archivos Nacionales, donde permanecen privados hasta 2053, añadiendo un aire de misterio al legado del célebre autor.

80 años de “El Principito”

En 2023, para marcar el 80 aniversario de la publicación se erigió una estatua de bronce del icónico personaje en Villa Albertine, en Manhattan, Nueva York. Bibliotecas, museos y librerías celebraron exposiciones en su honor en los diferentes aniversarios que marcaron su vida, como la turística Livraria Lello de Oporto, que alberga una sala destinada a la obra en diferentes ediciones en portugués, español, inglés y francés.

“El Principito” sigue siendo un símbolo perdurable de paz, sabiduría y amor por nuestro planeta. A través de sus aventuras y escritos, Saint-Exupéry transmitió una lección inmortal sobre la importancia de valorar lo que realmente importa más allá de lo que podemos ver.

Mezclando poesía y retórica, la rica obra que conforma “El Principito” se enmarca en la Francia de entreguerras, contexto que muchos escritores franceses de la época captan para reflejar los sentimientos que el caos les provoca.

“El Principito” llega a Querétaro

Una experiencia inmersiva que permite al visitante sumergirse en el mundo mágico de esta obra llega por corta temporada a The HUB, a partir del 2 de agosto, para ofrecer un viaje fascinante a través de los ojos de un pequeño y angelical hombrecito, por planetas lejanos, encuentros inolvidables y lecciones de vida.

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