La Unión Europea advirtió a Elon Musk sobre la obligación legal de impedir la eventual divulgación de contenidos nocivos en su plataforma; esto, antes de su reunión con el candidato republicano a la presidencia de EUA, Donald Trump
Un alto funcionario de la Unión Europea advirtió este lunes a Elon Musk, propietario de la red X, sobre la obligación legal del magnate de impedir la eventual divulgación de contenidos nocivos en su plataforma, horas antes de una entrevista en directo con el aspirante presidencial Donald Trump.
En una carta a Musk, el comisario europeo de Mercado Interno, Thierry Breton, recordó que la entrevista será “accesible para los usuarios de la UE” y por esa razón “estamos monitoreando los riesgos potenciales en la UE asociados con la difusión de contenido que pueda involucrar violencia, odio y racismo”.
Controversia en la red X
La red X tornó el centro de una controversia agrícola en semanas recientes, por permitir la divulgación de informaciones falsas y material visto como un incentivo a la violencia en medio de desórdenes callejeros provocados por grupos ultraderechistas en el Reino Unido.
Posible violación a la Ley de Servicios Digitales
La Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, ya lleva adelante una investigación sobre la adaptación de las normas de funcionamiento de X a la Ley de Servicios Digitales (LSD), que regula la operación de las plataformas en la UE.
Por ello, Breton advirtió a Musk que “cualquier efecto negativo de contenido ilegal en X en la UE (…) puede ser relevante en el contexto del procedimiento actual”.
“Mi equipo y yo estaremos extremadamente atentos a cualquier evidencia que apunte a violaciones de la LSD y no dudaremos en hacer pleno uso de nuestras herramientas, incluso mediante la adopción de provisionales”, alertó Breton.
Musk compró en 2022 la red entonces llamada Twitter, e inició importantes reformas en la aplicación. En la red, rebautizada “X”, Musk tiene unos 193 millones de seguidores.
Una de las quejas de la UE hacia Musk y X es que el multimillonario prácticamente desactivó los mecanismos internos de moderación para impedir la divulgación de teorías conspirativas e información falsa.
