Ante la exclusión del rey Felipe VI de la invitación oficial, el Gobierno de España anunció que no enviará a ningún representante a la ceremonia de toma de posesión de Claudia Sheinbaum
La relación entre la futura presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, y España ha iniciado con el pie izquierdo; pues el país ibérico ha anunciado que no asistirá a la toma de posesión de la mandataria mexicana, como consecuencia de la exclusión del rey Felipe VI de dicha ceremonia.
En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación calificó como “inaceptable” que el monarca español haya sido excluido de la invitación a la investidura de la primera mujer presidenta de México en más de 200 años de historia independiente.
“Por este motivo, el Gobierno de España ha decidido no participar en dicha toma de posesión a ningún nivel”, enfatizó.
Asimismo, Madrid destacó que “no enviará a ningún representante” a la ceremonia que se llevará a cabo el martes 1 de octubre próximo en la Ciudad de México.
Tradicionalmente, el rey Felipe VI acude a las ceremonias de investidura de los nuevos mandatarios en América Latina; recientemente, asistió a la toma de posesión del presidente de República Dominicana, Luis Abinader, quien fue reelegido en las elecciones del 19 de mayo pasado.
Hasta ahora, ni la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y tampoco la oficina de la presidenta electa de México han explicado los motivos de la exclusión del monarca de la invitación dirigida al Gobierno e España.
Enfriamiento de relaciones
Sin embargo, las relaciones diplomáticas entre México y España han venido a menos durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien llegó a pedir que el rey Felipe VI se disculpara por las atrocidades cometidas durante la Conquista.
Ante esto, Madrid rechazó la solicitud del mandatario mexicano, quien respondió poniendo “en pausa” los vínculos diplomáticos con el país europeo.
En este mismo sentido, López Obrador lanzó reiteradas críticas a Iberdrola y otras empresas españolas que se vieron beneficiadas por la reforma energética; finalmente, la compañía ibérica terminó vendiendo 13 plantas eléctricas al Gobierno de México por 6 mil 200 millones de dólares.
