El papa Francisco pidió en la vigilia del Sábado Santo traer esperanza mientras soplan “vientos de muerte”; la misa del domingo de Resurrección será oficiada por el cardenal Angelo Comastri en la plaza de San Pedro y se espera que el pontífice esté presente en el balcón
Este 19 de abril, el papa Francisco pidió a los feligreses ser mensajeros de esperanza “mientras tantos vientos de muerte aún soplan sobre nosotros” en la homilía que había preparado para la vigilia del Sábado Santo y que en su ausencia fue leía por el cardenal Giovanni Battista Re en la basílica de San Pedro.
El pontífice acudió antes de la ceremonia a la basílica a rezar ante la tumba de San Pedro y a saludar a los peregrinos. Delegó en Re, decano del colegio cardenalicio, para oficiar esta larga celebración de más de dos horas, en la que se conmemora la espera de la resurrección de Jesús y que inicia con la basílica totalmente a oscuras mientras que poco a poco se va iluminado con la luz de las velas de los fieles y concelebrantes.
“El papa está espiritualmente con nosotros”, dijo Re antes de leer la homilía preparada por Francisco.
“Cuando sentimos aún el peso de la muerte en nuestro corazón, cuando vemos las sombras del mal seguir su ruidosa marcha sobre el mundo, cuando sentimos arder en nuestra carne y en nuestra sociedad las heridas del egoísmo o de la violencia, no nos desanimemos, volvamos al anuncio de esta noche: la luz resplandece lentamente incluso si nos encontramos en tinieblas”, escribió el papa en su homilía.
El Sumo Pontífice pidió “reproducir la Pascua en nuestra vida y convertirnos en mensajeros de esperanza, constructores de esperanza mientras tantos vientos de muerte aún soplan sobre nosotros”. Añadió que: “Podemos hacerlo con nuestras palabras, con nuestros pequeños gestos cotidianos, con nuestras decisiones inspiradas en el Evangelio”.
Por lo que instó a los fieles a con su vida ser presencia de esperanza para “quienes carecen de fe en el Señor, para quienes se han extraviado, para los que se han rendido o caminan encorvados por el peso de la vida”. Y también “para quienes están solos o encerrados en su propio dolor; para todos los pobres y oprimidos de la tierra; para las mujeres humilladas y asesinadas; para los niños que nunca nacieron y para aquellos que son maltratados; para las víctimas de la guerra”.
La ceremonia comenzó con la bendición del fuego en el atrio de la basílica y el encendido del cirio pascual. Luego se produjo la tradicional procesión con la entrada de los concelebrantes en total silencio y a oscuras, y solo con las velas encendidas para representar la ausencia de luz tras la muerte de Jesucristo. Después de que el diácono pronunció tres veces la frase ‘Lumen Christi’ (“La luz de Cristo”), se encendieron las luces de la basílica y comenzó la misa ante 6 mil fieles.
El domingo, la misa de Resurrección se oficiará en la plaza de San Pedro por el cardenal Angelo Comastri, mientras que al papa se le espera justo después para el mensaje de Pascual desde el balcón.
Con información de: Agencia EFE