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noviembre 26, 2024

Dulces sueños, mamá

La Lazarilla

“Mamá, por favor, regresa. Haré lo que quieras. Por favor, regresa. Lo único que deseo es que regreses con nosotros”.
Dulces sueños, Mamá (2015)

No existe un arquetipo más enaltecido en cualquier sociedad que el paradigma de la madre. Las mamás deben ser 24/7 generosas, amorosas, pacientes, comprensivas, cariñosas, valientes… En fin, las mamás tienen que poner cualquier tipo de bienestar propio por debajo de su compromiso como madres. Se ha sobrevalorado tanto el término que muchas personas creen que el fin último de una mujer es convertirse en madre. Es por ello que cada vez que me he encontrado con una película que habla honestamente sobre el vínculo madre e hijos, la mayoría de las veces he quedado completamente conmovida.

“Dulces sueños, mamá” es una película codirigida por los austriacos Veronika Franz y Severin Fiala que narra la historia de un par de niños gemelos (Elias y Lukas) que esperan ansiosos el retorno de su madre, quien regresa a casa después de lo que pareciera ser una cirugía plástica; sin embargo, los niños sospechan que su madre ha sido sustituida por una entidad maligna y comienzan a investigar si esta criatura que habita bajo el mismo techo que ellos es realmente su mamá.

El filme recuerda en su puesta en escena a “Veneno para las hadas” (1984), de Carlos Enrique Taboada, ya que al igual que en el filme mexicano, en “Dulces sueños, mamá”, los protagonistas también parecieran estar en su mayoría solos, como si no hubiera adultos prestando atención de lo que los niños están viviendo. Somos testigos de bellísimas secuencias fotográficas de los hermanos jugando en una casa de campo, se les ve nadando, corriendo en el bosque, saltando en un ‘tumbling’, comiendo en la cocina, pero ¿y los adultos? Parece no haber nadie cuidándolos, incluso al llegar Madre (Susanne Wuest) del hospital, los niños continúan solos y valiéndose por sí mismos.

Franz y Fiala nos llevan por un oscuro y lúgubre camino de las relaciones interpersonales, rompen el ridículo pensamiento de la relación perfecta madre e hijo y lo reemplazan por el del dolor, un evento transformado en pena que no los dejará conectar y cada vez los separará más, transformando a Madre en una criatura que amenaza a los niños y su felicidad.

El filme está lleno de detalles que hacen de “Dulces sueños, mamá”, una obra maestra contemporánea del terror. Replanteando las relaciones como meras consecuencias del contexto y las vivencias del día a día. Dejándonos a nosotros como seres humanos la idea de que reconstruir una relación es mucho más compleja de lo que nos plantea Hollywood, desestigmatizando la idea del amor de madre que todo lo puede y todo lo logra, hasta conseguir reconstruir a la relación y los personajes como seres imperfectos, que sienten dolor y cuya vida puede ser transformada en un abrir y cerrar de ojos.

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