De volverlo a intentar

“Desde que era un niño, lo único que sabía era cómo pelear. Pelear, pelear, pelear. Y cuando me cansaba, peleaba un poco más.”

Black Dynamite

En 1993, Canal 5 transmitió el primer capítulo de “Zero y el dragón mágico”, una adaptación y doblaje al español de una popular serie japonesa animada. Dicha producción atravesó una serie de ajustes y cambios que, según la empresa encargada de la adaptación, eran necesarios para poder occidentalizar el programa para que este fuera aceptado por las audiencias mexicanas y latinoamericanas en general. “Zero y el dragón mágico” fue un fracaso rotundo. Solo logró transmitir 60 episodios de un total de 153 antes de ser cancelada. Sin embargo, Bandai Namco, productora de la serie japonesa original, intuyó con acierto que dicho fracaso se debía a las decisiones tomadas durante la adaptación al español y no a la calidad del material original. Con esto en mente, decidió comisionar a una empresa distinta para realizar un nuevo doblaje. La primera decisión de la nueva empresa encargada de adaptar la serie original de Akira Toriyama fue la de mantener el título original de la serie. En 1995, Canal 5 transmitió el primer capítulo de Dragon Ball y el resto es historia.

Casi 30 años después de ese fatídico primer intento, llega “Dragon Ball SUPER: Super Hero”, la 21a. película de la franquicia. Dirigida por Tetsuro Kodama y escrita por Akira Toriyama, esta nueva entrega narra el resurgimiento de la Patrulla Roja, un grupo fascista que busca dominar el mundo, el bien intencionado genio científico que es manipulado por ellos para crear un grupo de androides superpoderosos y los héroes que deberán hacer todo en sus manos para intentar detenerlos.

Si bien la premisa no es muy interesante ni tampoco muy original, el desarrollo de la trama es un deleite visual gracias a que esta es la primera película de la franquicia en utilizar mayormente animación 3D. También es cierto que el cambio a animación 3D, que tanto luce en las secuencias de batalla, todavía muestra su falta de perfeccionamiento cuando se  trata de los modelos, en particular los rostros y las expresiones de los personajes. Sin embargo, el mal “botox digital” no es suficiente para arruinar una de las películas más palomeras y entretenidas que nos ha dejado esta serie.

Es difícil creer que la caricatura que marcó a una generación completa y provocó el boom de la animación japonesa en latinoamérica haya estado al borde del abismo, desechada y olvidada tras un pésimo primer intento. Es igualmente increíble que casi tres décadas después, cientos de miles de treintones sigamos entrenando para vencer a Goku, cerrando plazas públicas para ver la final del “torneo de los universos” y abarrotando las salas de cine para ver las aventuras y desventuras de nuestros personajes favoritos. Al igual que Vegeta en su interminable lucha por ser el guerrero más fuerte, no importa fallar una y otra vez: una vez que lo logres, no recordarás cuántas veces lo intentaste.