Con Lana del Rey como cabeza de cartel, el Festival Rock en Seine da comienzo este miércoles a una edición 21 algo especial, ya que en París la música compartirá los escenarios con el espíritu paralímpico, encarnado por artistas con discapacidad, exposiciones y la llama de las olimpiadas.
La Olimpiada Cultural, compuesta por un programa con más de 2 mil actividades paralelas a la cita olímpica y paralímpica de la capital francesa, el Rock en Seine pasó de la incertidumbre a comienzos de 2023 sobre si podría realizarse, a participar de lleno en la ola de entusiasmo deportivo que atravesó la Ciudad de la Luz desde el 26 de julio pasado.
Las “nociones de inclusión, de diversidad, de universalismo” son “valores olímpicos”, pero también principios que Rock en Seine ha tratado de defender “con los artistas que programamos”, explicó Matthieu Ducos, director del festival.
Por lo que la vigesimoprimera edición pondrá especialmente el foco en las personas con discapacidad, aprovechando que el evento se celebra justo antes de la inauguración de los Juegos Paralímpicos, que se desarrollarán del 28 de agosto al 8 de septiembre.
El cartel de este año incluirá, junto a estrellas como Lana del Rey, Fred Again.. o PJ Harvey, a artistas en situación de discapacidad, como el proyecto rockero francés Astéréotypie, que integra a personas autistas. También contará con intérpretes de lengua de signos para recitales como el de la banda estadounidense Gossip.
Más allá de lo puramente musical, en el Parque de Saint-Cloud -el hogar del Rock en Seine en la periferia suroeste de París- habrá un espacio para descubrir los deportes paralímpicos y una exposición organizada junto al diario deportivo L’Équipe recorrerá en clave fotográfica la emoción de los estadios, entre otras iniciativas.
Junto a esas propuestas, la organización se aplicó también en mejorar la acogida del público con discapacidad, sobre todo para las personas con necesidades especiales de desplazamiento, a las que a menudo deja de lado la mística de los grandes festivales musicales del verano.
“Hemos hecho una gran política de renovación”, explicó Ducos sobre las instalaciones del Parque de Saint-Cloud, en especial con las avenidas y senderos.
Todo ello culminará el domingo con el “toque simbólico”, en palabras del director, que supondrá el paso de la llama olímpica por el principal escenario del Rock en Seine, justo para clausurar la cita. La antorcha se la traspasará un atleta paralímpico a uno de los artistas de esta edición, aunque los detalles se mantienen en secreto.
Hasta 200 mil personas pasarán en los próximos cinco días por el Parque de Saint-Cloud, en la periferia suroeste de París, para disfrutar también de bandas como Maneskin, LCD Soundsystem, Pixies, Massive Attack o The Offspring.
Pero el festival tiene este año una reina clara, con permiso de la llama paralímpica, y esa es sin ninguna ambigüedad, la estadounidense Lana del Rey. Las 40 mil entradas disponibles para el que es su único paso por Francia este año se agotaron en pocos días y los primeros de entre sus miles de admiradores -con una mayoría de público femenino- hacían cola ya desde primera hora del martes para asegurarse un sitio en primera fila frente a la cantante de ‘Born to Die’.
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