Ousmane Dembélé, el hombre de cristal

Desde su llegada al club blaugrana, Ousmane Dembélé ha sufrido 13 lesiones. En total, el futbolista de 24 años se ha perdido 118 partidos por lesión

Hace unos años Samuel Jackson protagonizó la trilogía Glass, el actor estadounidense interpretó a Elijah Price “El hombre de cristal”, un villano que sufre una enfermedad en los huesos y a lo largo de los años ha tenido numerosas lesiones. La realidad no está muy lejos de la ficción, el futbolista del FC Barcelona, Ousmane Dembélé es otro “hombre de cristal”.

El jugador francés regresó a las canchas tras una lesión muscular que lo dejó fuera de actividad por más de 130 días, apenas jugó 25 minutos y volvió a lesionarse. Esta vez se trata de una elongación muscular, sucede cuanto el músculo se estira más de lo que puede soportar, y su tiempo de recuperación es indefinido.

Desde su llegada al club blaugrana, Ousmane Dembélé ha sufrido 13 lesiones. En total, el futbolista de 24 años se ha perdido 118 partidos por lesión, desde su arribo a Barcelona en 2018 ha estado inactivo por 670 días.

Durante el tiempo que Dembélé ha estado lejos de las canchas por lesión, hubiera podido ver 5 mil 360 veces la película de Avengers: Endgame, que dura 3 horas 2 minutos. De igual manera, en sus 670 días inactivo, hubiese podido realizar el vuelo de Barcelona a México, mil 538 veces.

Ousmane Dembélé termina contrato con el FC Barcelona en junio de 2022, y el club tiene la intención de renovar al jugador por el que pagó 135 millones de euros, pero que desde su llegada solo ha anotado 30 goles, es decir, cada gol del dorsal número 7 le ha costado al Barca 4.5 millones de euros.

Diversas fuentes apuntan que el jugador quiere quedarse pero su representante, Moussa Sissoko, pretende acomodarlo en el Newcastle United, club que ofrecería una prima de 15 millones de euros por llevar gratis a Dembélé.

No hay duda que el francés es un gran jugador y cuando está en la cancha tiene destellos de crack, el problema es su tendencia a lesionarse. Esperemos los problemas se alejen del futbolista, para que pueda explotar todo su potencial, para que deje de ser “El hombre de cristal” y se convierta en su antagonista, “El protegido”.

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