Dos mil 317.5 toneladas de residuos sólidos urbanos se produjeron al día en el estado en el 2019; de estas, el 63 por ciento se originó en la Zona Metropolitana de Querétaro.
Así lo revela el “Diagnóstico Ambiental del Estado de Querétaro. Causas y efectos del deterioro existente en el estado de Querétaro”, publicado en el periódico oficial del gobierno del estado de Querétaro “La Sombra de Arteaga”, el pasado 14 de febrero.
De acuerdo con este, la proyección de la aportación estatal per cápita al día es de 1.106 kilogramos; cifra menor -asegura- a la media nacional, que es de 1.20 kilogramos.
“Los residuos de la entidad contribuyen con el 3% del total de emisiones de gases de efecto invernadero”, detalla; y confirma que se generan alrededor de 4 mil 089 toneladas al día de residuos de manejo especial. De estos, cerca del 58.2 por ciento es “valorizado”, y el resto es confinado en los rellenos sanitarios.
Sobre el “Manejo Integral” de estos residuos -el informe de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (Sedesu)- explica que cuentan con un registro de 250 prestadores de servicios ambientales y mil 119 vehículos para la etapa de recolección y transporte.
En el estado de Querétaro, operan 11 sitios de disposición final: tres son considerados “rellenos sanitarios”; ocho son “sitios controlados”, a pesar de que originalmente fueron edificados como rellenos sanitarios, pero incumplieron en su operación.
Cinco municipios tienen “estaciones de transferencia”, para posteriormente depositar los residuos en los sitios de disposición final.
Hay siete municipios que depositan sus residuos sólidos urbanos en otro municipio diferente; otras tres demarcaciones poseen sitios de disposición final administrados por ellos mismos, sin embargo, estos permanecen cerrados por temas administrativos.
El 91 por ciento de los residuos sólidos urbanos que se generan en la entidad son llevados a rellenos sanitarios y nueve por ciento a sitios controlados.
La publicación subraya que el último sitio no controlado en el estado, operado por el municipio de Tolimán, “fue saneado y clausurado”.
Según el documento de la Semarnat “Visión Nacional Hacia Una Gestión Sustentable: Cero residuos (enero 2019)”, en el país se generan diariamente 0.86 kg de basura por persona, más de 44 millones de toneladas anuales; y con base en sus cálculos, este número llegaría a 65 millones en el 2030.
Y consigna que el Sistema Informático de Sitios Contaminados (Sisco) de la Semarnat registra al menos 277 sitios de disposición final -tiraderos o rellenos- comparables a un sitio contaminado; advierte que la identificación documental de estos lugares “requiere ser actualizada y confirmada en campo, para plantear el tipo de saneamiento o remediación que se requiere y mitigar el riesgo que expone a la población de cada localidad”.
Por otro lado, advierte que, a pesar de que México tiene leyes e instrumentos de política pública (Programas Nacionales para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos, para fomentar su valorización y minimizar el impacto en el medio ambiente y la salud humana) y de que se han firmado convenios internacionales sobre el manejo de residuos,“este enfoque tradicional no se ha visto reflejado en la minimización de los residuos o en la disposición adecuada de ellos”.
Dice que prevalece la disposición final de los residuos en tiraderos a cielo abierto o en rellenos sanitarios, los cuales, en varios casos, no operan de forma eficiente debido a, enumera: la falta de presupuesto e infraestructura adecuados y disponibles para su gestión; un ineficiente manejo de los recursos; falta de reglas claras e incentivos de mercado para su valorización por parte de agentes privados; dispersión geográfica de la población muy amplia dentro del territorio nacional y condiciones geográficas complejas en términos de logística.
La Semarnat considera como una “barrera” adicional en la gestión de los residuos, las facultades y atribuciones que la Constitución y la ley en la materia otorgan a los distintos órdenes de gobierno.
A los municipios toca el prestar el servicio público de limpia, recolección, traslado, tratamiento y disposición final de los residuos sólidos urbanos y son los que resienten -reconoce- “la carga presupuestal y social en el manejo del tema”; el manejo de los residuos especiales, corresponde a los estados; y el de los peligrosos, a la federación.
Existen, además, comunidades que deben compartir el servicio de recolección y disposición final de los residuos.
En este contexto, la 4T plantea como objetivo general la transformación del sistema tradicional del manejo de los residuos a un “modelo de economía circular, para el aprovechamiento racional de los recursos naturales y favorecer el desarrollo sustentable en el país”.
Para ello, plantea trabajar en lo siguiente:
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