Aseguran que en un brote, la estigmatización “puede suponer que las personas sean etiquetadas, estereotipadas o discriminadas, reciban un tratamiento diferenciado o experimenten una pérdida de estatus debido a la percepción de un vínculo entre ellas y una enfermedad”
La estigmatización social en el contexto de la salud, es decir, la asociación negativa entre una persona o un grupo de personas que comparten ciertas características y una enfermedad, puede minar la cohesión social y provocar el aislamiento de la población, lo que contribuiría a que las probabilidades de propagación del virus causante del COVID-19 sean mayores.
Así definen la estigmatización y su relación con la enfermedad la Organización Mundial de la Salud (OMS), la International Federation of Red Cross and Red Crescent Societies (IFRC) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en el documento “La estigmatización social asociada a la COVID-19”.
De acuerdo con el texto, en un brote, la estigmatización “puede suponer que las personas sean etiquetadas, estereotipadas o discriminadas, reciban un tratamiento diferenciado o experimenten una pérdida de estatus debido a la percepción de un vínculo entre ellas y una enfermedad. Ese tratamiento puede afectar negativamente a quienes tienen la enfermedad, así como a sus cuidadores, familiares, amigos y comunidades”.
La publicación agrega que el nivel de estigmatización asociado a COVID-19 se basa en tres factores principales: es una enfermedad nueva y en gran parte desconocida; se suele tener miedo a lo desconocido; además de que es fácil asociar este miedo con el otro. Agrega que es comprensible que haya confusión, ansiedad y miedo; sin embargo, advierte que estos factores también alimentan los estereotipos perjudiciales.
“La estigmatización puede llevar a las personas a ocultar la enfermedad para evitar la discriminación y disuadirlas de buscar atención médica inmediatamente y de adoptar comportamientos saludables”, puntualiza.
La comunicación ante el nuevo coronavirus
La estigmatización y el miedo a las enfermedades transmisibles obstaculizan la respuesta a estas; por lo tanto, indica el documento de la OMS, IFRC y la Unicef, es importante reforzar la confianza en servicios y asesoramiento sanitarios fiables, mostrar empatía con las personas contagiadas, comprender la enfermedad y adoptar medidas y prácticas eficaces para que la gente contribuya con la seguridad.
“La forma en que comunicamos información acerca de la COVID-19 es fundamental para ayudar a las personas a adoptar medidas eficaces con las que puedan contribuir a combatir la enfermedad y para evitar alimentar el miedo y la estigmatización. Es necesario crear un entorno en el que se pueda discutir y abordar la enfermedad y sus repercusiones de manera abierta, sincera y eficaz”, expone.
Advierte que la desinformación y rumores se extienden “más rápidamente que el actual brote de enfermedad por el nuevo coronavirus”, lo cual contribuye a los efectos negativos, como la estigmatización y la discriminación de las personas de las zonas afectadas por el brote.
“Necesitamos solidaridad colectiva e información clara y práctica para apoyar a las comunidades y a las personas afectadas por este nuevo brote”, enfatiza.