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Pierden su trabajo por el COVID-19 y encuentran una oportunidad para emprender

Al perder su empleo, se enfrentaron a una situación complicada y de frustración, que, sin embargo, les ayudó a salir de su zona de confort y comenzar a empreder en negocios y metas que no habían podido cumplir

Aunque para muchos el quedarse sin trabajo durante la contingencia sanitaria por el COVID-19 representó una merma en su economía, otros descubrieron el golpe de timón perfecto para cambiar el rumbo de sus vidas.

Este fue el caso de Rosa Alicia Ayala Martínez, quien después de 22 años de trabajar en diversos estados del país, entre ellos, Guanajuato, Morelos, Michoacán, Sonora, Ciudad de México y Querétaro, el 3 de julio pasado fue dada de baja de la empresa en la que laboraba, con el argumento de la crisis por la que atraviesa debida a la contingencia del COVID-19.

“Debo confesar que la primera semana que me quedé sin trabajo experimenté un mar de sentimientos: enojo, tristeza y decepción; y sí, me deprimí, pero la segunda semana empecé a hablar de lo que pasó con mi familia, mi pareja y amigos, de quienes recibí mucho apoyo”.

Narró que uno de sus amigos le contó que ahora es podólogo, un oficio totalmente diferente a su profesión, y, además de que le va muy bien, es feliz.

“En cierta manera me dio luz y la posibilidad de hacer ese cambio en mi vida; ahora lo estoy analizando y me estoy capacitando en algo que nada tiene que ver con lo que hacía y es una buena oportunidad de un cambio”.

Recordó que esta capacitación la inició un poco antes de que comenzara la pandemia, porque la empresa en la que laboraba entró en una etapa digital.

“La pandemia vino a acelerar la necesidad de actualizarme en lo digital, la pandemia vino a acelerar y a enfatizar la necesidad de actualizarnos y yo creo que es una sacudida del mundo o del destino que me vino a decir: ‘el mundo está cambiando, está avanzando y tienes que hacer otras cosas’; es como si tocarán una campana y me dijeran: ‘las cosas son así y las estás haciendo bien, pero ahora puedes agregar este plus y va a estar mejor hecho’”.

Reconoció que no esperaba quedarse sin trabajo y mucho menos durante la contingencia, porque además llegó a Querétaro con la idea de que es un buen estado para trabajar y vivir.

“Llegué a Querétaro a trabajar y por eso me mudé de la Ciudad de México, entonces no me esperaba quedarme sin trabajo y es lamentable que haya ocurrido en plena pandemia”.

Afirmó que otro de los motivos por los que está valorando hacer algo diferente es porque no ha sido fácil encontrar trabajo en estos momentos.

“No ha sido fácil esta búsqueda de un nuevo trabajo; ya acudí a una entrevista, pero no se ha podido concretar nada y, aunado a eso, la premisa del entrevistador es ‘la situación es muy difícil, tú sabes que el coronavirus nos pegó a todos y no podríamos pagarte mucho’; entonces, una mañana, reflexionando, me di cuenta que este es el nuevo pretexto para no pagar bien”.

Aseguró que económicamente está tranquila, pues aún conserva reservas financieras para salir adelante, y -sobre todo- porque cuenta con el apoyo de su familia.

“Pienso mucho en aquellas personas que tienen deudas, que deben pagar comida, escuela, uniformes, y creo que en general la pandemia agarró mal parado a todo el país; hay días en los que amanezco tranquila porque también la empresa en la que estaba era de mucha tensión y era algo que ya no me gustaba; sin embargo, también hay días que despierto con mucha ansiedad, porque estoy acostumbrada a trabajar y valerme por mí misma”.

Esta situación a la que se enfrenta Alicia es nueva para ella y en ocasiones pasa de la ansiedad al enojo, el cual le ha servido para seguir tocando puertas, buscar opciones y -sobre todo- para actualizarse a través de cursos en línea.

Es momento de salir de la zona de confort

Después de tres años, Humberto Andrade López llegó a su trabajo y prendió la computadora, que, para ingresar, le pedía una contraseña, lo que jamás había pasado. En ese momento se dio cuenta de que lo estaban corriendo.

“Después de tres años, el 29 de mayo me dijeron que ya no había trabajo para mí por la contingencia del COVID-19 y como solo pretendían pagarme 60 días, los demandé”.

Esto del coronavirus le abrió los ojos para darse cuenta de que quiere crear su propia empresa de diseño, enfocada a la comunicación y -especialmente- que él sea quien establezca los tiempos.

“Tengo 20 años dedicándome al diseño y con esta parte del COVID se me está abriendo la posibilidad de emprender y dar el siguiente paso”.

Reconoce que otro de los motivos que lo ha orillado a tomar esta decisión es que nunca ha pedido trabajo y esto se le dificulta mucho, sobre todo porque siempre era invitado a incorporarse a los trabajos en los que se ha desempeñado.

“Siempre corrí con la suerte de que me invitaban a trabajar, así que nunca había pedido trabajo y nunca he estado en ese punto; por eso es que ahora se me ha complicado pedir trabajo”.

Afirmó que lejos de pensar que lo corrieron por el coronavirus, considera que esta es una gran oportunidad para salir de su zona de confort.

“Si no hubiera pasado lo de la pandemia y no me hubieran despedido, seguiría en mi zona de comodidad, me la hubiera seguido llevando así y viviendo el día a día; esto fue un zangoloteo para moverme y no quedarme estático”.

Hará lo que no hacía

Sebastián Domínguez Ramos fue despedido el 19 de junio del corporativo en el que trabajaba desde hace 12 años y aunque al principio se preocupó por quedarse desempleado, luego respiró y sonrió, porque ahora tendría tiempo para realizar los proyectos que había aplazado por el exceso de trabajo.

“La verdad es que al principio la noticia me cayó como un balde de agua helada, pero después respiré y en mi cabeza enlisté todas las cosas que ahora sí podría hacer”.

Acepta que le angustiaba que al estar registrado ante el Seguro Social obtenía ciertos beneficios, como el cotizar ante el Infonavit y acceder a un servicio médico.

“Creo que ya no preocupa tanto quedarse sin estos ‘beneficios’, creo que los proyectos que siempre quise hacer y que no hacía por falta de tiempo me darán la oportunidad de hacerlo por mi cuenta”.

Desde el tiempo en que Sebastián se quedó desempleado comenzó a capacitarse y a actualizarse, y ahora no solo trabaja desde la comodidad de su casa,
sino que lo hace a su tiempo y ha sido mucho más eficiente.

“Ahora yo soy mi propio jefe y no solo eso, estoy ganando mejor que el salario quincenal que tenía, al grado de que me daré el lujo de contratar a alguien para que me ayude; así que estoy agradecido de que me hayan corrido por la crisis que estamos atravesando con la contingencia sanitaria del COVID-19”.

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Katia Lemus

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