Aunque las celebraciones por su llegada comienzan desde hoy a las 18 horas en la Catedral con el Rito de profesión de fe y juramento de fidelidad, Fidencio López Plaza se hará cargo de la Diócesis desde mañana, luego de que, a las 11 horas, se celebre la eucaristía en el Seminario Conciliar de Querétaro
En un contexto permeado por la pandemia de Covid-19, este martes 20 de octubre Fidencio López Plaza tomará posesión de la Diócesis de Querétaro. A partir de esa fecha, será oficialmente el 10o. obispo de dicho territorio fundado el 26 de enero de 1863 y que actualmente está conformado por 117 parroquias.
Aunque las celebraciones por su llegada comienzan este lunes a las 18 horas en la Catedral con el Rito de profesión de fe y juramento de fidelidad, López Plaza se hará cargo de la Diócesis desde mañana, luego de que, a las 11 horas, se celebre la eucaristía en el Seminario Conciliar de Querétaro, ubicado en la colonia Hércules, en la capital queretana.
La noticia de su nombramiento -difundida el 12 de septiembre por la Nunciatura Apostólica, a través de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM)- ha generado expectativa entre el clero y los fieles de Querétaro; sin embargo, el prelado palpará de cerca, ahora en esta diócesis una realidad cambiante.
Cae la confianza
Además de las modificaciones que, debido a la pandemia por coronavirus, tuvo que realizar la iglesia para celebrar misas y otras ceremonias, las instituciones religiosas enfrentan una caída en la percepción de confianza entre la sociedad. Al hacer un comparativo entre la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) de 2017 y la de 2019, elaboradas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), dichas instituciones registraron cambios en este rubro.
En 2017, a nivel nacional, el 61.8 por ciento de las personas de más de 18 años de áreas urbanas de 100 mil habitantes y más refirió tener mucha o algo de confianza en las instituciones religiosas. Para 2019, este nivel descendió 2.1 puntos porcentuales, ya que el 59.7 por ciento de los integrantes de este mismo sector y ámbito mencionó tener mucha o algo de confianza en estas.
El caso de la población de más de 18 años de áreas urbanas de 100 mil habitantes y más, del estado de Querétaro, es diferente al observado en el país. En 2017, el 63.5 por ciento de este sector mencionó tener mucha o algo de confianza en las instituciones religiosas; sin embargo, dos años después, este nivel cayó 5.6 puntos porcentuales, para ubicarse en 57.9 por ciento.
Tanto en la ENCIG de 2017, como en la de 2019, la referida población calificó a las instituciones religiosas. A nivel nacional, estas recibieron una calificación de 6.1 en 2017, valor que conservaron hasta el año pasado; no obstante, al revisar las calificaciones asignadas en el estado de Querétaro, estas mostraron un retroceso de tres décimas, pues pasaron de 6.3 en 2017 a 6.0 en 2019.
¿Menos católicos?
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda del 2000, realizado por el INEGI, en el país había 74 millones 612 mil 373 católicos de cinco años y más; el estudio de 2010 arrojó que 84 millones 248 mil 73 personas de cinco años y más profesaba la religión católica. Las cifras expresan que, entre el año 2000 y el 2010, hubo un incremento del 12.91 por ciento en la población católica.
A pesar de lo anterior, al comparar la estadística mencionada con respecto a la población total de ambos años, existe una diferencia significativa de poco más de 5 puntos porcentuales. En el año 2000, la población total de cinco años y más fue de 84 millones 794 mil 454, de estos, el 87.99 por ciento era de católicos. Para el 2010, había 101 millones 808 mil 216 habitantes en la República, de los cuales, 82.75 por ciento se consideró católico.
La entidad queretana no escapa a esta tendencia. Según el Censo del 2000, había 1 millón 166 mil 221 católicos de cinco años y más, cantidad que, hacia 2010, se elevó a 1 millón 513 mil 799. Entre ambos Censos hay una diferencia al alza de 29.80 por ciento en la población de religión católica.
Pese a ello, el panorama es distinto si las cifras se comparan con el total de la población de cinco años y más, ya que, en el año 2000, de 1 millón 224 mil 88 habitantes, el 95.27 por ciento se consideró católico; mientras que, en el 2010, de una población total de 1 millón 649 mil 21 personas, el 91.79 por ciento profesaba dicha religión. Entre ambos Censos hay una diferencia a la baja de 3.48 puntos porcentuales.
Cambio lento
La Encuesta Nacional sobre Creencias y Prácticas Religiosas en México 2016 -elaborada por la Red de Investigadores del Fenómeno Religioso en México, así como otros organismos y colegios- explica que, si bien la República mexicana es predominantemente católica, se experimenta “un lento pero sostenido cambio religioso, caracterizado por: decrecimiento de la población católica, crecimiento de denominaciones cristianas evangélicas y bíblicas y crecimiento de personas ‘sin religión’”.
“Los católicos cada vez se apartan más de la normatividad institucional, prefiriendo identificarse como católicos ‘por tradición’ y ‘a su manera’”, expone.