Segunda dosis de vacunación, promesa de libertad para adultos mayores

La mayoría de los adultos mayores de 60 años, sobre todo los que ya están jubilados, lleva más de un año en confinamiento

La segunda dosis de la vacuna contra el COVID-19 se ha convertido en una promesa de libertad para los adultos mayores que desde hace más de un año se encontraban confinados por la contingencia sanitaria.

Elvira Zalapa Hernández tiene 91 años y con gran entusiasmo externó la alegría que siente de que una vez que le apliquen la segunda dosis podrá volver al negocio de su hijo, que el 15 de este mes cumplió cuatro meses cerrado.

“Espero que ahora que me toque la segunda dosis, mi hijo ya pueda abrir su negocio, porque lo ha tenido cerrado tomando en cuenta la vulnerabilidad que yo tengo por los años, así que yo espero que cuando esté inmunizada él pueda abrir su jarciería; él ha sido comerciante y esperemos que ya sea posible que reactive su negocio sin temor a que me contagie”.

Recordó que decidieron cerrar el establecimiento porque desafortunadamente no toda la gente es consciente de sus obligaciones y sigue sin atender las recomendaciones, llegaban a la tienda sin cubrebocas y no se preocupaban por seguir estas indicaciones que son útiles para todos.

“La inconsciencia de la gente fue lo que nos orilló a cerrar y como también mi hijo tiene que ir a la central de abastos a surtirse, no quisimos arriesgarnos porque aún hay gente que no tiene cuidado y no usa cubrebocas, ni mucho menos careta”.

Reconoció que durante este tiempo que el negocio ha permanecido cerrado, tres de sus cuatro hijos, quienes desde hace muchos años radican en Estados Unidos, los apoyan para los gastos de renta y alimentación.

“Gracias a Dios yo tengo cuatro hijos, tres de ellos están en Estados Unidos y nos ayudan para que no tengamos la necesidad de salir a trabajar, porque todos desean que yo esté bien, que no me contagie y que esté en las mejores condiciones a pesar de la edad que tengo y gracias a Dios ellos nos dan una buena ayuda y con eso nos estamos sosteniendo”.

Con el dinero que sus hijos le mandan, el otro hijo que vive con ella se encarga de comprar lo que les hace falta.

Verá a sus hermanos tras un año de no hacerlo

Elizabeth García Calvo, de 80 años, aseguró que ahora que reciba la segunda dosis visitará a sus hermanos, a quienes tiene un año sin ver.

“Sí, desde hace un año que inició la pandemia dejé de ver a mi familia y a mis hermanos, porque en todo este tiempo he permanecido en casa, solo salgo a surtir la comida de la semana a un lugar que está a una cuadra de aquí; pero solo salgo a eso y tenemos un año sin recibir visita de nadie”.

Refirió que al menos tres de sus cuatro hijos están saliendo a trabajar, por lo que al principio sí exageraban en los cuidados para no contagiarla.

“Recién que inició la pandemia, pusimos santizante en la entrada de la casa para limpiarse los zapatos y constantemente nos poníamos gel o nos lavaban las manos con frecuencia, pero ahora ya no lo hacemos tan exagerado”.

Aseguró que aunque reciba la segunda dosis, sabe que debe seguir extremando precauciones y seguirse cuidando.

“Ahora que reciba la segunda dosis hay que ir con mucho tiento, porque no sabemos cuánto protege la vacuna, no sabemos de qué tiempo es la protección; entonces, uno tiene que seguir cuidándose y salir con cubrebocas, pero sobre todo evitar, a toda costa, las aglomeraciones”.

Saldrá a la calle con un poco más de seguridad

María Teresa Miranda Salazar, de 69 años, cuenta los días para que le apliquen la segunda dosis de la vacuna contra el COVID-19, pues una vez que quede inmunizada podrá salir con un poco más de seguridad.

“Espero que quedemos un poco más protegidos, aunque sé que la vacuna no te garantiza una protección al 100 por ciento, pero espero que al menos podamos salir con un poco más de seguridad y que poco a poco se elimine el riesgo de contagio”.

Detalló que a la fecha no reciben visitas y cuando llegan a hacerlo platican desde la reja de la casa, manteniendo la sana distancia y usando siempre el cubrebocas.

“Hasta la fecha nos cuidamos mucho y prácticamente no recibimos visitas, cuando vienen a visitarnos mis hijos, estamos platicando con ellos desde afuera, exageramos los cuidados, dejan sus zapatos afuera, mantenemos la sana distancia, usan desinfectante y gel, y siempre traemos puesto el cubrebocas”.

Afirmó que una vez que quede inmunizada seguirá extremando cuidados no solo por el bien de ella, sino también por el de su familia y de todos los que la rodean para evitar que de algún lado llegue el contagio.

Extremará cuidados aun vacunado

Jaime Ramírez Ricarde, de 71 años, mantendrá vigentes los protocolos de seguridad e higiene aun cuando quede completamente vacunado, pues sabe que la vacuna no lo protegerá al 100 por ciento.

“Me he estado informando a través de Internet e independientemente de que te apliques la vacuna, no quedas cubierto al 100 por ciento, entonces, yo seguiré con la sana distancia, el lavado de manos, el uso de cubrebocas y el uso de gel; aun así, después de la primera y segunda dosis de vacunación para que adquieras la inmunidad se recomienda dejar pasar entre tres y cuatro semanas, por lo tanto hay que seguirse cuidando”.

Ramírez Ricarde no es de las personas que diga “ah, bueno, como ya me vacuné y ya pasaron las cuatro semanas, no me va a pasar nada”, sino que más bien exhortó a quienes están por recibir la segunda vacuna a, prácticamente, seguir con las medidas de higiene.

“La vacuna no es garantía de inmunidad, lo sería si se vacunara al 90 o 100 por ciento de los mexicanos; hay un porcentaje que establece que a pesar de estar vacunados estamos expuestos a contagiarnos porque hay personas a quienes no se la aplicaron o no quisieron que se la pusieran, así que siempre eso será un riesgo”.

Llamó a extremar los cuidados necesarios para evitar contagios de esta enfermedad que sí existe y que ha cobrado muchas vidas.

“Mucha gente ha llegado a enfermarse por la creencia de que a ellos no les pasa nada, por falta de conocimiento y por falta de información (…) le pido a la población que tome esto en serio, porque la gente que no creyó o que sigue sin creer ya ha tenido malas experiencias”.

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