Ya llevamos unas semanas de regreso a clases, algunos presenciales y otros en la modalidad híbrida. Lo más importante es que muchos están presentando dolores.
Debido a la pandemia, la mayoría de las personas ha estado más quieta que nunca y sí, me refiero a inmovilizarse y realizar menos actividad física. Lo poco que nos movíamos en promedio antes, si sacamos estadísticas que no hay hasta ahora, sabemos que en promedio la mayoría se mueve menos desde hace año y medio.
Si a esto le sumamos miedos, impotencia, inseguridad y muchas pérdidas de diferentes ámbitos, tenemos que tomar en cuenta que, al regresar, requeriremos acciones específicas para que el cuerpo encuentre un camino integral, lleno de satisfacciones y lejos del dolor.
Me gustaría enseñarles a sentarse de manera correcta y a moverse en ese espacio tan reducido que se llama silla, ya que en la escuela o en sus casas, pasan largas horas en esta posición, cuando nuestro cuerpo no está diseñado para ello: las caderas están diseñadas para cargarnos e impulsarnos durante horas, pero en la marcha, caminando; sin embargo, la vida nos ha llevado a nuestro peor enemigo jamás pensado: en lugar de caminar como en el Paleolítico: las mujeres 19 kilómetros diarios y los hombres, 25, ahora estamos sentados alrededor de siete horas diarias y con la cabeza mirando hacia abajo, con su peso promedio de 4.5 kilogramos, lo que rectifica las vertebras que la sostienen, las cervicales y genera un efecto dominó hasta el último tramo de la columna.
Me gustan las soluciones simples a través de un sistema complejo: vamos a poner una alarma que suene o vibre de manera linda e imitar cada hora un movimiento que te llevará a tener una columna y caderas sanas a pesar de estar sentado.
1) Vas a convertirte en carrazo y vas a moverte hacia adelante y hacia atrás, con tus caderas, sin ayuda de tus brazos.
2) Acomoda desde el fémur (el hueso que está dentro de tus muslos), rotándolo o meciéndolo para que tu pie caiga perfectamente al suelo.
3) Vuelve a caminar con tus caderas hacia atrás y, si te acomoda, justo con la parte central de tu espalda haz una pequeña curva como envolviéndote (se siente rico) y estira la parte media de tu tronco, para después recargarte. El movimiento debe hacerse con la T8 (es esta vértebra).
4) Y puedes empezar a trabajar.
Sé que nunca nadie nos había enseñado a encorvarnos, para estar bien sentados, si fomentamos buenos cimientos (al mover las caderas hacia atrás y adelante sin usar los brazos) y luego nos encorvamos única y exclusivamente desde la T8, el cerebro neurológicamente entenderá cómo impulsarnos hacia arriba y con buenos cimientos en los pies mejorará. Y todo se logra con estos cuatro sencillos pasos. Adiós al dolor desde la raíz. Pueden encontrar muchos videos que les enseñan de manera muy práctica cómo mejorar su vida.
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