La directora de películas como “The long excuse”, “Dreams for sale” y “Sway” presentará su nueva cinta, “Under the open sky”, que narra las complicaciones que enfrenta un exyakuza para reintegrarse a la sociedad, tras años de estar en prisión
Como bien sabrán los cinéfilos que nos leen, el cine japonés es conocido mundialmente por los clásicos de culto como “Rashomon”, “Onibaba” y “Los siete samuráis”. Sabemos también que son maestros del género del terror, inspirando cientos de ‘remakes’ estadounidenses populares como “El aro”, “La maldición” y “Una llamada perdida”. Y, con el reciente triunfo de “Drive my car”, del director Ryuskuke Hamaguchi, nos ponemos a pensar: ¿cuál es la situación del cine japonés en la actualidad?
Al respecto, la directora Miwa Nishikawa conversó con los medios de comunicación el 18 de enero en la rueda de prensa del Japan Film Festival Online, en donde se tocaron diversos temas en torno a su nueva película, “Under the open sky”, que está siendo sumamente premiada alrededor del mundo, sobre los principales retos a los que se enfrentó trabajando su primer guión adaptado y sus pensamientos sobre la situación actual del cine japonés.
Miwa Nishikawa, oriunda de Hiroshima, Japón, estudió literatura en la Universidad de Waseda, escribiendo algunas obras que han sido igual de premiadas que su trabajo en el séptimo arte. Pero no fue hasta 2003 que debutó como directora de cine con la película “Wild berries”; en 2010, obtuvo el premio al mejor guión en el Festival de Yokohama por “Dear Doctor” y, finalmente, en 2020, estrenó “Under the open sky”, basada en la novela homónima del escritor Ryuzo Saki, la cual narra las complicaciones que enfrenta para reintegrarse a la sociedad un exyakuza que es puesto en libertad tras años de prisión como pena por un asesinato que cometió.
En la conferencia de prensa para Latinoamérica del Japan Film Festival Online, Nishikawa comentó que le llamó la atención la sencillez del argumento de la novela, pero a la vez lo real que puede llegar a ser, y esa fue la razón por la que decidió adaptar el guión para llevarlo a la pantalla grande. Sin embargo, también señala que no fue una labor simple, ya que han pasado 30 años desde que se escribió el libro y la sociedad ha cambiado dramáticamente durante ese lapso, por lo que había que adaptar la historia a la actualidad, aunado al hecho de que tendría que decidir qué detalles elegir y cuáles dejar fuera para lograr una película de dos horas sin perder la esencia de la historia.
Además, mencionó que si bien ella tiene formación en literatura, encontró otro reto en adaptar una novela al enfrentarse a dos lenguajes completamente diferentes: el del cine y el de la literatura: la novela es un recurso que permite describir la psicología interna de sus personajes, mientras que en el cine se pueden expresar sensaciones imposibles de expresar con palabras.
Nishikawa también destacó el trabajo de diversos artistas a quienes considera fuentes de inspiración para sus obras, señalando particularmente al mexicano Alfonso Cuarón.
Particularmente, sobre su visión del cine japonés en el contexto actual, la directora considera que, hablando de la industria del cine en general, si se hace una comparación del cine coreano -la potencia asiática más fuerte dentro de la industria cinematográfica- y el occidental, frente al japonés, este último no está en su mejor momento: hay poco presupuesto, no se da prioridad a motivar y hacer crecer a jóvenes directores y en general la recepción por parte del público japonés no es buena; no obstante, su labor como inspiradora de las nuevas generaciones de directores japoneses no ha terminado y esperamos verla triunfando con sus próximas entregas.
