Las preocupaciones relacionadas con la economía personal y familiar cuando no alcanza para pagar el alquiler o las cuotas, cuando se carece de recursos para una emergencia o el desempleo causan estrés y pueden tener repercusiones físicas
La tensión psicológica que experimentan quienes sufren preocupaciones económicas se denomina “estrés financiero” y puede afectar directamente a la salud y al bienestar emocional.
Si esta tensión se padece de forma continuada puede llegar a ser un factor de riesgo que favorezca la aparición de alteraciones inmunológicas, dolores corporales y problemas cardiovasculares, entre otros trastornos, explican desde la firma de seguros de salud para empresas Cigna.
Algunos de los factores que puede desencadenar y mantener ese estrés financiero son el carecer de ahorros, recursos o seguridad financiera para hacer frente a gastos en actividades lúdicas o en vacaciones; mantener el nivel de vida al que se está acostumbrado; pagar el alquiler o la hipoteca de la vivienda; o afrontar una emergencia o la pérdida del trabajo, apuntan.
Según el departamento médico de Cigna existen evidencias sobre la relación entre el estrés económico y una mayor predisposición a padecer determinadas patologías, como las alteraciones del sistema inmunitario, que aumenta la susceptibilidad a padecer infecciones, prolongar los procesos infecciosos o incluso producir problemas de coagulación.
Añaden: “El corazón sufre cuando existen preocupaciones económicas y es uno de los órganos que pueden verse afectados por la inseguridad financiera, la cual puede provocar un aumento de la tensión arterial que, cuando es constante, se convierte en un importante factor de riesgo cardiovascular”.
Por otra parte, los expertos de Cigna indican también: “El estrés juega un papel clave en la aparición de dolor en los músculos al hacer que se tensen, sobre todo en las áreas de los hombros, cabeza, cuello y zona baja de la espalda. Además de producir dolor físico, la inseguridad económica también reduce la tolerancia al dolor”.
“El estrés continuado desencadenado por una situación económica inestable o desfavorable también puede provocar la aparición de trastornos mentales como ansiedad o depresión y predispone al insomnio, provocando que la persona duerma menos tiempo del que debería y no descanse lo suficiente”, añaden los especialistas.
Esta sintomatología, unida a la falta de concentración, sensación de cansancio constante o cambios de comportamiento, que también provoca el estrés financiero, pueden afectar negativamente tres aspectos clave para el bienestar emocional: la vida familiar, las relaciones sociales y el entorno laboral, según Cigna.
“Este estrés permanente, unido al cansancio psicológico y físico de la pandemia, menoscaba la calidad de vida de quienes lo padecen y puede desencadenar patologías. Por ello, es necesario tomar medidas para reducirlo y recuperar el equilibrio de nuestra salud y bienestar”, según la doctora María Sánchez, gerente médica de salud digital (eHealth) en Cigna España, quien ofrece algunas recomendaciones.
Pensar en el cuerpo como una unidad
“Los diferentes ámbitos de nuestro mundo (salud mental, salud física, situación familiar, entorno laboral, contexto financiero) están interconectados y ejercen un efecto dominó en nuestra salud y bienestar”, señala Sánchez.
“Por ello, una pequeña alteración en el organismo puede derivar en patologías médicas que implican, por ejemplo, bajas laborales, con la reducción de salario que a veces conlleva”, señala.
Realizar ejercicio físico al aire libre
“Caminar, correr o andar en bicicleta en espacios abiertos son actividades gratuitas y beneficiosas para el organismo y el estado de ánimo”, según esta médica.
Apunta que, al practicar deporte en el exterior, “nuestro organismo genera más endorfinas (‘hormonas de la felicidad’) que si entrenamos en espacios cerrados y el placer es aún mayor si realizamos estas actividades con amigos o familiares”.
Asistir a programas de educación financiera
“Este tipo de talleres es muy útil para ayudar a las personas a reforzar su bienestar emocional. En ellos se enseña a gestionar las finanzas a través del orden y la disciplina, evitando así preocupaciones que pueden contribuir a la aparición de problemáticas de salud”, según Sánchez.
Usar la tecnología aplicada a la salud
“Los servicios de telemedicina permiten acceder mediante una plataforma digital a consultas médicas desde cualquier lugar y en cualquier momento, además de recibir consejos y recursos prácticos de salud (gestión de datos biomédicos, asesoramiento psicológico, información de interés), siendo una inversión altamente eficiente”, según la doctora Sánchez.
“Gracias a estas soluciones, las necesidades en salud y bienestar de las personas se ven satisfechas, evitando el gasto en desplazamientos innecesarios”, destaca.
Controlar la temperatura del entorno
“Mantener una temperatura óptima es esencial para el bienestar físico y también emocional, ya que un exceso de calor o de frío puede provocar sequedad en la garganta y en las fosas nasales, que pueden llegar a debilitar las defensas y acabar provocando tos y resfriados”, puntualiza, apuntando que la temperatura ideal para el cuerpo humano ronda los 20 grados centígrados.
“Además, ‘controlar el termostato’ también contribuye indirectamente a reducir la preocupación económica y a gestionar mejor las finanzas, al evitar el consumo excesivo de energía en la climatización y reducir el importe de las facturas de gas y electricidad”, según Sánchez.
Acudir a nuestra red de apoyo social
“Compartir nuestros planes y mantenernos conectados con nuestro núcleo de amigos mejora nuestro bienestar emocional, contribuyendo a aumentar la sensación de felicidad y tranquilidad”, concluye la doctora María Sánchez.