Cuando teletrabajamos desde casa nos distraemos y somos más vulnerables a los ciberataques, según expertos universitarios, que sugieren “pensar antes de hacer clic en un enlace” y ofrecen claves para proteger los ordenadores, móviles, tabletas y electrodomésticos inteligentes de nuestra red doméstica
A partir de la pandemia, un gran número de personas ha trasladado su lugar de trabajo, a tiempo completo o algunos días de la semana, al salón, una habitación, la cocina e incluso al dormitorio de su vivienda, en algunos momentos del día.
Pero esta rápida transición del trabajo presencial en la oficina al teletrabajo desde casa, no siempre se ha visto acompañada de unas medidas de ciberseguridad adecuadas, según los expertos.
“Los trabajadores se fueron a casa sin estar preparados, lo que creó una situación ideal para los ciberdelincuentes”, explica Helena Rifà, profesora de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación (EIMT) de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC, www.uoc.edu).
El docente Jordi Serra, también de los EIMT, coincide con Rifà y considera que en nuestras casas “estamos más distraídos y somos más vulnerables”, y, por lo tanto, “estamos peor protegidos”.
“Al trabajar desde casa no somos tan conscientes de que los dispositivos o el PC que utilizamos quizá no tienen instalado el software necesario, como antivirus o cortafuegos, para proteger el sistema, como sucede cuando trabajamos con los equipos de la empresa en la oficina”, explica Serra a EFE.
“En casa a veces nos dejamos llevar por la confianza, estando menos atentos, distraídos o pensando en otras cosas, al trabajar con los mismos equipos que usamos para navegar y buscar información, o al abrir los posibles correos maliciosos, que pueden enviarnos ciberdelicuentes que se hacen pasar por una persona u organización”, añade.
Nuestra red doméstica, en la mira
Aunque muchos trabajadores han vuelto a las oficinas, a diario o algunas jornadas de la semana, en la modalidad de trabajo híbrido (presencial y en línea) es necesario “minimizar los riesgos en los domicilios e incluir barreras en ordenadores, ‘tablets’, móviles o electrodomésticos inteligentes para evitar ataques”, exponen los expertos de la UOC.
Durante la pandemia, muchas personas crearon numerosas cuentas adicionales, en páginas web de entretenimiento o de compras, y la mayoría reutilizó las contraseñas que ya tenía, lo cual aumentó el riesgo de introducir virus informáticos o ‘malware’ (programas maliciosos), según esta misma fuente.
“Las tabletas electrónicas y los teléfonos móviles son puntos de entrada de problemas, igual de vulnerables o más que un ordenador de mesa o PC”, advierte Serra, que remarca que los atacantes aprovechan los momentos en los que “bajamos la guardia” para entrar en nuestro sistema doméstico.
“La comodidad a veces es amiga de la ciberdelincuencia: es difícil que alguien tenga un antivirus instalado en el móvil, lo cual facilita que sufra ataques”, comenta por su parte Rifà.
Los expertos de la UOC ofrecen algunas recomendaciones básicas para cuidar la seguridad virtual de nuestra casa y evitar ciberataques, bajo el lema de “piensa antes de hacer clic”.
Proteger todos los dispositivos
Aunque casi todos los programas maliciosos actuales se crean para atacar móviles, es aconsejable proteger todos los dispositivos con los que nos conectamos a Internet: desde el ordenador personal hasta un electrodoméstico que se conecta a la red, así como el ‘smartphone’ o una ‘tablet’, advierte Serra.
Además, la profesora Rifà considera esencial hacer copias de seguridad, actualizar el ‘software’ periódicamente y tener bloqueados los dispositivos con contraseña o clave PIN, para evitar el acceso de intrusos.
Los antivirus siguen siendo esenciales
Aunque “no nos protegen al 100 por ciento, hay que instalarlos porque detectan los virus ya conocidos, con lo que buena parte de los ataques será reconocida y detenida”, señala Serra.
Reforzar y actualizar las contraseñas
“Las contraseñas deben ser largas y no deben contener información personal”, resume Rifà.
Para componerlas, esta profesora aconseja “evitar las palabras del diccionario” y crear las contraseñas a partir de una frase o el estribillo de una canción, mientras que Serra sugiere tener un patrón común de contraseña y luego cambiar una parte de dicha pauta en cada nueva web en la que nos demos de alta.
En todo caso, “es necesario cambiar cada seis meses las contraseñas que nos dan acceso a webs “delicadas”, como la de nuestra entidad bancaria, señalan.
Los riesgos de la casa ‘inteligente’.
Los sistemas que automatizan las instalaciones de una vivienda, (tecnología domótica) y otros dispositivos que se conectan a la red dentro del concepto del “hogar inteligente”, también pueden ser la puerta de entrada de ciberataques, según la UOC.
El ‘router’ y el televisor deben tener una contraseña propia y también “las bombillas que podemos encender o cambiar de color a distancia, que a veces carecen de suficiente seguridad”, añaden.
Estudiar la reputación digital
Cuando hacemos una compra en línea o vamos a instalar un programa, tenemos que “fijarnos en las reseñas y ver si otras personas han tenido una experiencia satisfactoria”, señala Rifà.
También sugiere comprobar si la web en la que vamos a realizar una compra tiene cifradas sus comunicaciones, lo que se muestra con un candado cerrado al lado de la URL, y realizar el pago a través de una plataforma bancaria, lo cual es más seguro dar el número de la tarjeta a una tienda directamente.
Mejor desconfiar, que precipitarse
La precaución y el sentido común deben guiar nuestros pasos en Internet, según Serra y Rifà, que sugieren desconfiar como norma de cualquier correo o mensaje que se reciba y comprobar quién es realmente la persona que nos lo ha enviado antes de abrir cualquier archivo adjunto.