Después de tres décadas de exitosa trayectoria musical Enrique Bunbury se ha visto forzado a poner fin a su vida en los escenarios por problemas de salud que le impiden continuar actuando en directo. Primero como líder de Héroes del Silencio y después en solitario, es uno de los referentes del rock español
“Lo que normalmente era placer y deleite se ha convertido en fuente de inmenso dolor y sufrimiento”, aseguraba Enrique Bunbury en febrero, cuando anunció que abandonaría los escenarios en septiembre, tras concluir la gira de conciertos que tenía prevista en Estados Unidos y en España.
Todo se precipitó en mayo, cuando, a un día del concierto de Chicago, anunció que no podría continuar con el tour. “Mis problemas con la garganta y la respiración se acrecentaron y volvieron anoche con agudeza y lo que pensaba que iba a estar controlado está totalmente fuera de mis manos y deseos”, aseguró Bunbury en un comunicado.
Esos problemas con la garganta ponían fin precipitado a una de las trayectorias más exitosas del rock español, 35 años de carrera, primero como líder de la banda Héroes del Silencio y, desde la separación del grupo, en 1996, en solitario, debutando como solista en 1997 con el álbum “Radical Sonora”.
Dados “los acontecimientos”, Bunbury y su banda intentaron ajustar la gira en Estados Unidos y en España para reducir el ritmo, con la intención de dejar que pasara “el mayor tiempo posible entre conciertos” y asegurar que la voz del artista “pudiera responder”, pero finalmente “El último tour” se canceló tras los dos primeros conciertos en Nueva York y en Atlanta.
Los acontecimientos precipitaron una decisión, “muy meditada y consciente”, que el artista había tomado después de arrastrar “síntomas y dolores” de forma continuada en cada tour. “Nada de esto me ocurre jamás, si no estoy de gira”, afirmó en febrero, cuando explicó que lleva padeciendo estos problemas desde la gira Mutaciones en 2015 y 2016, y sobre todo tras los dos años y medio del tour Expectativas, entre 2017 y 2019.
En su anuncio inicial, aseguró también tener “la edad para hacer este cambio importante” en su vida y contar con el apoyo de su familia y ‘management’, tras 35 años de carrera en los que se ha subido “en los mejores escenarios del mundo y en algunos de los peores”.
Héroes del Silencio
Bunbury ha actuado “delante de 25 personas y de 250 mil”, y al frente de Héroes del Silencio se convirtió en todo un referente del rock español, pues la banda fue un auténtico fenómeno: tras el EP Héroes del Silencio, publicado en 1987 y del que vendieron más de 30 mil copias, su primer álbum, El mar no cesa, lanzado un año después, consiguió ser disco de platino.
Con Senderos de traición; en 1990, lograron su primer número uno de España y entraron en las listas de éxitos de Alemania, país en el que consiguieron un disco de platino, al igual que en Suiza. Triple disco de platino en España, aquel álbum es para la edición española de la revista “Rolling Stone” el segundo mejor disco del rock español.
La banda se hizo célebre por su puesta en escena en directo, con un Bunbury desatado que “forzaba su voz hasta rozar lo imposible, exageraba sus gestos en la misma medida, yendo de un lado a otro del escenario, lanzando el micrófono al aire, arrastrándose sobre el entarimado como una serpiente. Una descarga de adrenalina que dejaba a la banda exhausta”, tal como se recuerda en la biografía de la banda Héroes de Leyenda, a cargo del novelista y guionista de cine Antonio Cardiel.
Aunque no siempre contó con el apoyo de la crítica musical, Héroes del Silencio protagonizó todo un fenómeno fan a principios de la década de los 90, logrando continuos éxitos en las radio fórmulas y arrastrando tanto a amantes del rock como al público masivo, que los acompañó con sus siguientes discos: El espíritu del vino, en 1993, y Avalancha, en 1995, su último álbum de estudio.
El cambio radical de su debut en solitario
Tras la despedida de la banda en 1996, año en el que lanzaron el disco en directo Parasiempre, Enrique Bunbury comenzó su trayectoria en solitario en, 1967 con Radical Sonora, en el que desde el rock se acercó a otros estilos como la música electrónica, la música árabe o el tecno-rock más psicodélico, una apuesta arriesgada que no siempre fue bien recibida por los fans.
El público se reconcilió con Bunbury gracias a Pequeño, en 1999, su segundo trabajo en solitario, con el que consiguió de nuevo el disco de platino y se presentó con gran éxito en una gira que se alargó dos años y que daría lugar al disco en directo Pequeño cabaret ambulante, grabado en la Ciudad de México.
El nuevo rumbo de Bunbury se consolidó con Flamingos, en 2002, al que siguió el disco en directo Una cita en Flamingos, en 2003, y El viaje a ninguna parte, en 2004, el cuarto álbum de estudio del cantante.
Manteniendo la esencia rockera, Enrique Bunbury ha experimentado con diferentes sonidos, desde la música electrónica y árabe de su primer álbum, al cabaret, las rancheras, el flamenco y los tangos, y otros ritmos latinoamericanos como la salsa y la cumbia en sus últimos trabajos.
En su prolífica trayectoria ha publicado discos como Hellville de Luxe (2008), Las Consecuencias (2010), Gran Rex (2011), Licenciado Cantinas (2011), Palosanto (2013), Expectativas (2017) y múltiples álbumes en directo y recopilatorios, como Canciones 1987-2017, en 2018. Los últimos trabajos de Bunbury han sido Posible y Curso de levitación intensivo, ambos en 2020, y el EP El Puerto (2021).