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El futuro que nos espera

El libro “Contra el futuro: resistencia ciudadana frente al feudalismo climático” aborda el cambio climático desde las tecnologías, que es desde donde se está gestionando el tema para evadirlo o encararlo

Tras una pandemia que dejó ver que sus grandes beneficiarias fueron las empresas tecnológicas, que han triplicado sus ganancias en un momento en que todo lo demás estaba parado, la escritora, periodista y experta en tecnología Marta Peirano analiza el futuro ecológico y digital de una sociedad conectada a través de herramientas poco democráticas en su libro “Contra el futuro: resistencia ciudadana frente al feudalismo climático”.

“Mi libro anterior era un análisis de cómo se habían desarrollado las infraestructuras de comunicaciones donde empezó el Internet y cómo está ahora y por qué de repente nos genera problemas como adicciones, porque no son casuales, es decir, hay un diseño deliberado de esas aplicaciones para generar esas adicciones. (…) Cuando acabé este libro, me puse a pensar cuáles eran los grandes problemas de nuestro tiempo y es evidente que el problema que marca nuestra era es la crisis climática y además es un problema que se ha vuelto urgente, porque según los expertos nos quedan siete años para hacer algo al respecto si no queremos cruzar la frontera de los dos grados que, calculan, será para 2040 y dos grados es una frontera catastrófica; estamos viendo ahora veranos calurosos que en realidad van a ser los veranos más frescos del resto de tu vida”, aseguró la autora durante su participación en el Hay Festival Querétaro.

Ante este panorama, la periodista española se preguntó qué tecnologías existen para afrontar esta catastrófica realidad, quién las produce, quién las diseña y cómo se venden, y se encontró con que las están produciendo las grandes tecnológicas de nuestro tiempo, que es un grupo pequeño de empresas, la mayoría estadounidenses y chinas.

“La idea es preguntarnos si nos están vendiendo herramientas que nos van a ayudar a gestionar o a mitigar el cambio climático o herramientas que nos van a ayudar a gestionarnos a nosotros mismos como una masa de cuerpos que se mueve por el mundo, una vez que el lugar en que vivimos se ha vuelto inhabitable, y ayudar a los Estados a que no sean invadidos de gente que se mueve buscando un lugar para vivir”.

Los futuros posibles

Ante esta narrativa y sabiendo que estas grandes empresas de las telecomunicaciones, que se anclan a Internet pero no son Internet, han puesto sus reglas que no van a ser en beneficio nuestro sino en beneficio suyo, hablamos de personas que están desarrollando escenarios para enfrentar un futuro catastrófico, y esos escenarios son el futuro contra el que se rebela el libro.

La vida en marte

Elon Musk propone que huyamos a marte porque la Tierra empieza a romperse. “Es ir a marte y minar lo que haya que minar para preparar el terreno y que los primeros exploradores que vayan tendrán que morir”.

Burbujas espaciales

Jeff Bezos considera que ir a marte es una tontería, porque en ningún momento nadie explica cómo hacemos para sobrevivir a la radiación que nos mataría al microsegundo de poner un pie en marte; lo que él propone es montar castillos flotantes en la estratósfera para replicar las condiciones de la tierra, “en donde siempre haya 26 grados, donde las olas sean siempre perfectas, donde nada te engorde, el aire esté siempre limpio y pienso que su principal incentivo para pensar en este lugar mágico es que tú no podrás ni respirar sin su ayuda, estamos hablando de grandes máquinas tecnológicas que dependerán del que las monte, en este caso Jeff Bezos; ahora mismo podemos respirar sin darle dinero a nadie, de momento”.

El metaverso

En esta tierra destruida, el metaverso es el futuro de la clase media, “el de la gente que ahora mismo, por lo menos en la pandemia decía yo puedo seguir trabajando desde casa porque soy periodista, creativo, trabajo en ‘marketing’ o soy profesor (…) esto es infraestructura que se le vende a la administración, es decir, si no tienes los recursos para comprar tu esfera ni para irte a marte, seguramente van a estar en su casa, porque afuera el calor va a estar a tope o porque la calidad del aire va a ser tan mala que no podrás respirar, entonces una de las soluciones que propone Mark Zuckerberg es vender infraestructuras para que la gente pueda estar en casa con el aire acondicionado y desde ahí ir virtualmente a trabajar, a pasear al parque, a irte de vacaciones o de fiesta con tus colegas”.

Tras una pandemia que dejó ver que sus grandes beneficiarias fueron las empresas tecnológicas, que han triplicado sus ganancias en un momento en que todo lo demás estaba parado, la escritora, periodista y experta en tecnología Marta Peirano analiza el futuro ecológico y digital de una sociedad conectada a través de herramientas poco democráticas en su libro “Contra el futuro: resistencia ciudadana frente al feudalismo climático”.

“Mi libro anterior era un análisis de cómo se habían desarrollado las infraestructuras de comunicaciones donde empezó el Internet y cómo está ahora y por qué de repente nos genera problemas como adicciones, porque no son casuales, es decir, hay un diseño deliberado de esas aplicaciones para generar esas adicciones. (…) Cuando acabé este libro, me puse a pensar cuáles eran los grandes problemas de nuestro tiempo y es evidente que el problema que marca nuestra era es la crisis climática y además es un problema que se ha vuelto urgente, porque según los expertos nos quedan siete años para hacer algo al respecto si no queremos cruzar la frontera de los dos grados que, calculan, será para 2040 y dos grados es una frontera catastrófica; estamos viendo ahora veranos calurosos que en realidad van a ser los veranos más frescos del resto de tu vida”, aseguró la autora durante su participación en el Hay Festival Querétaro.

Ante este panorama, la periodista española se preguntó qué tecnologías existen para afrontar esta catastrófica realidad, quién las produce, quién las diseña y cómo se venden, y se encontró con que las están produciendo las grandes tecnológicas de nuestro tiempo, que es un grupo pequeño de empresas, la mayoría estadounidenses y chinas.

“La idea es preguntarnos si nos están vendiendo herramientas que nos van a ayudar a gestionar o a mitigar el cambio climático o herramientas que nos van a ayudar a gestionarnos a nosotros mismos como una masa de cuerpos que se mueve por el mundo, una vez que el lugar en que vivimos se ha vuelto inhabitable, y ayudar a los Estados a que no sean invadidos de gente que se mueve buscando un lugar para vivir”.

Los futuros posibles

Ante esta narrativa y sabiendo que estas grandes empresas de las telecomunicaciones, que se anclan a Internet pero no son Internet, han puesto sus reglas que no van a ser en beneficio nuestro sino en beneficio suyo, hablamos de personas que están desarrollando escenarios para enfrentar un futuro catastrófico, y esos escenarios son el futuro contra el que se rebela el libro.

La vida en marte

Elon Musk propone que huyamos a marte porque la Tierra empieza a romperse. “Es ir a marte y minar lo que haya que minar para preparar el terreno y que los primeros exploradores que vayan tendrán que morir”.

Burbujas espaciales

Jeff Bezos considera que ir a marte es una tontería, porque en ningún momento nadie explica cómo hacemos para sobrevivir a la radiación que nos mataría al microsegundo de poner un pie en marte; lo que él propone es montar castillos flotantes en la estratósfera para replicar las condiciones de la tierra, “en donde siempre haya 26 grados, donde las olas sean siempre perfectas, donde nada te engorde, el aire esté siempre limpio y pienso que su principal incentivo para pensar en este lugar mágico es que tú no podrás ni respirar sin su ayuda, estamos hablando de grandes máquinas tecnológicas que dependerán del que las monte, en este caso Jeff Bezos; ahora mismo podemos respirar sin darle dinero a nadie, de momento”.

El metaverso

En esta tierra destruida, el metaverso es el futuro de la clase media, “el de la gente que ahora mismo, por lo menos en la pandemia decía yo puedo seguir trabajando desde casa porque soy periodista, creativo, trabajo en ‘marketing’ o soy profesor (…) esto es infraestructura que se le vende a la administración, es decir, si no tienes los recursos para comprar tu esfera ni para irte a marte, seguramente van a estar en su casa, porque afuera el calor va a estar a tope o porque la calidad del aire va a ser tan mala que no podrás respirar, entonces una de las soluciones que propone Mark Zuckerberg es vender infraestructuras para que la gente pueda estar en casa con el aire acondicionado y desde ahí ir virtualmente a trabajar, a pasear al parque, a irte de vacaciones o de fiesta con tus colegas”.

Con BLOQUE, Querétaro le apuesta al futuro: Luis Nava

Mariana Moctezuma

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