El frío reseca la piel

Descamación, mayor sensibilidad y tirantez son algunas de las definiciones que hay que aplicar a la piel con la llegada del invierno, que a partir de ahora necesita un extra de cuidados

El frío deteriora la barrera natural de la piel, de manera que se vuelve frágil, pálida y se agrieta con más facilidad, ya que los vasos sanguíneos se contraen para mantener el calor corporal, produciendo deshidratación, descamación o grietas, sobre todo en el caso de las pieles más secas, finas, sensibles o atópicas.

VASOCONSTRICCIÓN, EFECTO INVIERNO

Claudia Portavella, directora de producto de los Laboratorios Sensalia, advierte de que el invierno supone un fuerte impacto sobre la piel, “el frío, el viento o la lluvia, además de los cambios de temperatura entre el interior y el exterior, perjudican a la dermis”.

Las bajas temperaturas provocan la vasoconstricción de los capilares, lo que reduce el flujo sanguíneo. “En consecuencia, las células de la epidermis no reciben suficiente oxígeno ni nutrientes y se forma una capa superior de células muertas, provocando un cutis visualmente seco y un envejecimiento prematuro”, argumenta la experta, lo que retrasa la renovación celular.

Por ello, queda dañada de forma evidente la microbiota de la piel, una razón por la que el sistema de defensa natural de nuestra dermis queda debilitado, acelerando así el proceso de envejecimiento cutáneo.

Para revertir e incluso anticiparse a los efectos de este fenómeno y otros agentes agresores como la polución, Portavella recomienda aportar una dosis profunda de limpieza, hidratación y nutrición sobre la piel para crear una barrera natural en la dermis, que la protegerá de las bajas temperaturas y del viento.

‘SERUMS’, LA CLAVE

“Adecuar la rutina de belleza es muy importante para evitar que la piel sufra”, dice, y apunta que los ‘serums’ son una buena opción al tratarse de “concepto de belleza intensiva”.

Facialderm propone incorporar ‘serums’ como el perfecto cóctel de activos para prevenir el envejecimiento prematuro y combatir los cambios fisiológicos en la piel, y son una buena opción durante el invierno por su alto concentrado en activos.

Recomienda apostar por texturas más ligeras y de rápida absorción, que a su vez aporten un extra de hidratación para combatir sequedades e irritaciones, unos ‘serums’ que tienen como ingrediente el Neurophroline, un activo que reduce la producción de cortisol (la principal hormona del estrés), activa la liberación de neuropéptidos calmantes, estimula la síntesis de β-endorfinas, mejorando el bienestar de la piel.

MEJILLAS Y LABIOS, LOS QUE MÁS SUFREN

Ana Araque, fundadora de Naturlab y Hero Deodorant, considera que en esta época del año las zonas que más sufren son las mejillas y los labios, además de las manos, por ser las más expuestas.

Un bálsamo labial con aceite de coco ecológico, como Delipcious, protege frente a los rayos UV-A y UV-B con emulsionantes y vitaminas vegetales que aportan suavidad y protección a los labios.

Deshacernos de las células muertas de la piel ayudará a que los humectantes funcionen mejor y hará que la piel sea más suave, indica Araque. Aconseja también apostar por limpiadores cremosos y prestar atención al cuidado de las manos, que, igual que la piel del rostro, se deshidratan por culpa del frío.

Señala que para mantenerlas lo más hidratadas posible, lo mejor es utilizar cremas con alto contenido en glicerina, urea y aceites vegetales, como el de oliva.

Por otro lado, algunos expertos coinciden en señalar que la vitamina C en la piel ayuda a combatir el aspecto apagado con su aporte de luz, energía y vitalidad.

Los laboratorios Bluevert indican que de la misma manera que no ingerimos los mismos alimentos en verano que en invierno, tampoco debemos seguir la misma rutina de belleza.

Tras la limpieza, recomiendan un producto capaz de exfoliar e hidratar a la vez, como es el caso de Daily Renewal Essence, con el que aumenta la luminosidad en la piel, además de tratar el contorno de ojos, una de las áreas más propensas a la sequedad, con Soothing Eye Contour con manteca de karité, retinol, vitamina K o cafeína, entre otros ingredientes, para devolver a la mirada un aspecto saludable y vital.