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Roberto Carlos, el zurdo que sueña con el Real Madrid

Roberto Carlos tiene el anhelo de entrenar algún equipo merengue, club con el que conquistó tres Ligas de Campeones y cuatro Ligas Españolas

Roberto Carlos da Silva, campeón del Mundial de 2002 con Brasil, cumplió 50 años el 10 de abril, con el anhelo de entrenar algún equipo merengue, club en el que fue uno de sus referentes y con el que conquistó tres Ligas de Campeones y cuatro Ligas Españolas

Desde 2016 le hace guiños al Real Madrid para entrar en su cuerpo técnico, para lo cual ha seguido recientemente el Curso de Entrenador Diploma-Licencia UEFA PRO.

El lateral izquierdo llegó al Real Madrid en agosto de 1996 con la tarjeta de presentación de ser titular de la selección de Brasil y del Inter de Milán, en el que no llegó a triunfar, y avalado por su velocidad, fuerza física, técnica y potencia de disparo.

Esto último, constatado por un estudio de un año antes en la revista “Placar”, que revelaba que sus lanzamientos alcanzaban una velocidad de 115 kilómetros por hora y tenían el impacto equivalente al de una piedra de 10 kilogramos cayendo desde 20 metros de altura.

Formado en el Uniao Sao Joao de Araras, en Sao Paulo, sus primeros triunfos profesionales fueron dos Campeonatos Brasileños (1993 y 1994) con el Palmeiras, cuando ya había dado sus primeros pasos con la canarinha.

Al Real Madrid lo trajo Lorenzo Sanz y durante 11 temporadas fue uno de los titulares indiscutibles en las alineaciones de Fabio Capello y los nueve entrenadores que le sucedieron, cerrando su ciclo blanco con ese mismo entrenador en la temporada 2006-07, coincidiendo con el ocaso de la “era de los galácticos” (2000-06) de Florentino Pérez, en la que formó 11 con Zidane, Beckham, Figo, Ronaldo, Raúl o Casillas.

En esa larga etapa en el Bernabéu, en la que jugó 527 partidos y marcó 67 goles, haciendo valer su potencia como certero “cañonero” sin tiempo de reacción para los porteros, levantó cuatro trofeos ligueros (1996-97, 2000-01, 2002-03 y 2006-07) y tres Ligas de Campeones (1998, 2000 y 2002), palmarés que adorna con dos Copas Intercontinentales (1998 y 2002), una Supercopa de Europa (2002) y tres Supercopas de España (1997, 2001 y 2003).

En paralelo, con la selección brasileña jugó tres Mundiales. En el de Francia 1998 encajaron en la final un rotundo 3-0 frente a los anfitriones capitaneados por Zidane, recomponiéndose cuatro años después al alzar la Copa mundialista Jules Rimet 2002, al vencer a Alemania con el tridente “Ronaldo, Rivaldo y Ronaldinho”. Tras la debacle de 2006, cuando cayeron en cuartos contra Francia y él fue blanco de las críticas de la derrota, el jugador dijo adiós al combinado nacional, tras 125 partidos y conquistar dos Copas América (1997 y 1999).

“ME VOY”

Tenía la permanencia asegurada en el Real Madrid hasta 2008, pero la pérdida de un balón el 7 de marzo de 2007, que le costó al equipo el primer gol y la eliminación en octavos de la Liga de Campeones contra el Bayern Múnich (2-1), lo llevó a tomar la decisión, horas después, de que dejaba el equipo al finalizar la temporada.

Tras su lacónica despedida: “Me voy. Es el momento de cambiar. No voy a renovar”, en junio de 2007 fichó por el Fenerbahçe turco y dejó un buen relevo para el lateral izquierdo blanco, su compatriota Marcelo. Decía adiós el que no solo para los expertos sino también para la mismísima inteligencia artificial de ChatGPT es el mejor en esa demarcación en la historia del club y, junto con Paolo Maldini, en el futbol mundial.

Dos años después regresó a Brasil para jugar en el Corinthians, junto a Ronaldo, y en febrero 2011 recaló en el ruso Anzhi, en Daguestán, en el que desde agosto de ese año también asumió la función de entrenador ayudante, primero con Gordéev y luego con Guus Hiddink, retirándose de los terrenos el 1 de agosto de 2012.

En 2013 volvió al futbol turco como entrenador del Sivasspor, con el que fue quinto en la Liga 2013-14 y fue elegido mejor entrenador. Luego, entre 2014 y 2015 dirigió en la Primera de ese país al Akhisar Belediyespor.

Cambió de aires y, tras un efímero paso por el Al-Arabi catarí, en julio de 2015 se fue a la joven Superliga India, que buscaba reconocidas figuras para lanzar la competición. Se sentó en el banquillo del Delhi Dynamos, en el que incluso, a sus 42 años, tuvo que volver a vestirse de corto en tres partidos y consiguió que en diciembre el equipo acabara el torneo en cuarta posición sobre ocho equipos.

Volvió a España en 2016, donde intenta entrar en la esfera técnica del Real Madrid, pero el club prefiere que sea uno de sus embajadores. Una pequeña ventana se le abrió a finales de ese año, cuando le encomendaron labores de enlace entre la cantera y el entrenador del primer equipo, su antiguo compañero Zidane. Además, desde ese año y hasta 2021, fue comentarista de los partidos del Real Madrid en el canal de televisión del club.

A partir de entonces, Roberto Carlos realiza esa misma labor en la televisión Movistar Plus y en el curso 2021-22 homologó su formación como entrenador en el curso de la Federación Española, a la espera de cumplir su ilusión de dirigir alguno de los equipos del club blanco.