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julio 3, 2024

Cenadac, un legado de Guillermina Bravo para la danza contemporánea en México

El Centro Nacional de Danza Contemporánea (Cenadac) se encuentra en paro desde el 1 de mayo, un suceso histórico en 31 años desde que el colegio abrió sus puertas

El Centro Nacional de Danza Contemporánea (Cenadac) es una institución mexicana dedicada a la promoción y enseñanza de la danza contemporánea en México. Fundada en Querétaro en 1992 por la reconocida bailarina mexicana Guillermina Bravo, la institución ha sido un referente en el país y ha sido clave en la formación de generaciones de bailarines y coreógrafos mexicanos.

Actualmente el Cenadac se encuentra en paro desde el 1 de mayo, un paro histórico en 31 años desde que abrió sus puertas. La insuficiencia de recursos para pagar la plantilla docente y administrativa y la falta de su reconocimiento como institución pública estatal son los principales motivos que han mantenido en crisis a la escuela en diversas ocasiones.

Aunque la Secretaría de Cultura del estado de Querétaro, a cargo de Marcela Herbert, se comprometió a otorgar un recurso de 900 mil pesos para que se puedan reanudar las clases y se levante el paro, la comunidad del colegio lo considera como una medida momentánea, pues el costo de mantener activa la escuela asciende a 4 millones de pesos anualmente.

Además, esto no garantiza la certidumbre de las operaciones de la institución para los próximos años, pues el Cenadac no está reconocido como una institución pública del estado a la que se le otorgue recurso público año con año. Para ello, quienes se mantienen en paro buscan que el gobernador Mauricio Kuri González emita un nuevo decreto que dote de certidumbre y reconocimiento al colegio.

Los antecedentes de la institución se remiten a la historia personal de Guillermina Bravo, a la influencia que tuvo Martha Graham en su formación artística, pionera de la técnica de danza Graham en el mundo, y al interés por descentralizar el Ballet Nacional de México, tras el temblor de 1985; así lo recuerda en entrevista Orlando Scheker Román, actual director general del Cenadac.

“La maestra Bravo, en su momento, se entrevista con quien en ese momento era presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el licenciado Víctor Flores Olea, y viendo las posibilidades de estados, se le hace la propuesta al entonces, no sé si estaba como candidato o ya estaba como gobernador, licenciado Mariano Palacios Alcocer”.

A partir de los acercamientos con Palacios Alcocer, refiere Scheker Román, se inició la negociación para la descentralización de todo el Ballet Nacional a la ciudad de Querétaro.

Esto implicaba descentralizar una compañía profesional que proyectara la danza y se ocupara de su difusión, y, por otro lado, la fundación de una escuela que impartiera estudios profesionales en danza contemporánea, siendo en ese entonces la tercera escuela a nivel nacional que ofrecería estudios profesionales en la disciplina.

Con los acuerdos ya establecidos, se optó por construir el actual inmueble del Cenadac a las espaldas del auditorio Josefa Ortiz de Domínguez, en la colonia Villas del Sol.

“Se empiezan a construir las instalaciones porque el estado ofrecía espacios que no eran óptimamente adecuados para la danza. La maestra decía que eran espacios muy bellos, muchos de ellos coloniales y entonces no eran óptimos para la danza, por lo cual se decide construir un inmueble”.

Menciona que la construcción tardó cuatro años, hasta que en marzo de 1991 comenzó la mudanza de la sede del Ballet Nacional, ubicado en Ciudad de México, a las nuevas instalaciones. Posteriormente iniciaron las gestiones ante la Secretaría de Educación del estado, que en ese tiempo tenía el nombre de Secretaría de Cultura y Bienestar Social, para la autorización de los planes de estudio del colegio.

Orlando Scheker Román recuerda que en la década de los 90, en Querétaro la actividad cultural y las artes escénicas eran inexistentes, a excepción del teatro.

“Cuando el ballet llega a Querétaro, se empieza a posicionar en la danza y no solamente eso, las academias de ballet sienten pasos en la azotea, y se crea por primera vez la primera compañía de ballet en una fusión que hay entre la Universidad Autónoma de Querétaro y las academias, en las cuales, en ese momento, estaba inmersa Herminia Castañeda”.

Sostiene que cuando el Cenadac empezó a dar funciones, entre 1992 y 1993, tenían que regalar las entradas para que la gente asistiera a las presentaciones, pues las personas no compraban boletos para un espectáculo de danza; además, repartían invitaciones a las dependencias de gobierno para llenar los asientos.

“No había una cultura hacia la danza en el estado, a pesar de que Querétaro es una entidad de danzantes, ¿cuántos años llevan los concheros en Querétaro? La cultura de los danzantes en Querétaro es muy sólida, ¿cuántas mesas de concheros no hay en Querétaro?, ¿me explico? Pero lo que es para la danza escénica, el ballet contemporáneo, no había nada. Se empieza a mover y el Cenadac tiene mucho la culpa de haber iniciado este movimiento dancístico que hay actualmente en Querétaro”, afirma.

Explica que la llegada de la escuela a la entidad también impactó en la proliferación de academias de danza en el estado, pues, refiere, en aquellos años había máximo cinco academias.

Para Orlando Scheker Román y el resto de la comunidad artística en la danza, el Cenadac es legado de Guillermina Bravo, considerada como pilar de la danza contemporánea en México. Mantener el colegio activo y sostener la formación de los estudiantes de cada generación es mantener viva una herencia importante de la danza moderna en el país.

“Era una sabia mujer y tenía la capacidad de aglutinar gente a su alrededor para proyectos artísticos y, sustancialmente, en la danza; tenía una relación particular con cada uno de sus bailarines y bailarinas, o sea, sabía qué pedirle a cada uno, sabía cómo tratarlos. Siempre procuró el bienestar de todos sus bailarines. Tenía una capacidad creadora e intelectual impresionante”.

La describe como una maestra muy insistente en la correcta formación de los bailarines, razón por la que introdujo a México la técnica Graham para la formación de bailarines contemporáneos. Refiere que por muchos años, ella y varios colaboradores más asistían a los cursos de invierno de la escuela Graham de Nueva York a tomar clases para conocer y aprender la técnica.

“Y una vez que la conocieron, se empezaron a elaborar programas de estudio para la formación de bailarines, que son los programas que se aplican actualmente en la escuela, o sea, estos programas están probados por más de 60 años en la formación de bailarines. (…) O sea, vamos realmente a hablar de quién tiene la culpa de la crisis: no es el estado, es la federación, solo que estamos pidiendo auxilio al estado porque la federación no nos hace caso”.

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