Así es como la entrenadora Lorena Sánchez ve su participación en el parabasquetbol, deporte en que acudió ya a un mundial y finalizó en quinto lugar
“El deporte es para generar historias, para crear recuerdos; no quiero decir que estoy derrotada ni mucho menos, soy una persona que venció al cáncer, soy una persona resiliente, simplemente estoy agarrando fuerza”, explica Lorena Sánchez sobre su participación en el deporte adaptado.
Lorena ha estado involucrada en el basquetbol desde que tenía seis años y lo describe como su más grande maestro de vida: “Aprendí que nunca debes dejar de correr, de intentar ir a la canasta, de pelear la pelota, de defender”.
El deporte también le dio a sus mejores amigas y sus grandes recuerdos de infancia, que ahora traslada a sus pupilos dentro del parabasquetbol, para que los jóvenes disfruten del deporte y puedan hacer equipo sin encontrar limitaciones.
“Yo soy entrenadora de parabasquetbol, de las disciplinas down, autismo y síndrome de Down; trabajo con ellos dentro de las instalaciones de deporte adaptado y mi rol con estos chicos es enseñarles las técnicas físicas que requieren para desarrollar óptimamente el deporte y la conjunción de juego, es decir, adquirir habilidades como botar la pelota, pasar, encestar, que comprendan el lenguaje mismo del deporte y que aprendan a jugar como equipo”.
Sánchez explica que le gusta trabajar con las habilidades personales de cada uno de los atletas y señala que a los autistas les ayuda mucho trabajar en equipo, puesto que tienen que aprender a seguir una disciplina, a colaborar con los demás jugadores, a aprender a integrarse y a ser más sociables. Asegura que su trabajo ha dado muy buenos resultados.
“Chicos que no platicaban más que con su núcleo cercano familiar ahora llegan y saludan a sus compañeros, se emocionan por verlos, piden ir a la clase de basquetbol. Se emocionan cuando hay un partido”.
Parte de esta enseñanza es que el equipo juegue contra equipos convencionales, pues con ello adquiere más habilidades, lo que le dará una ventaja a la hora de afrontar sus competencias.
“Con los chicos down, les ayuda mucho en la parte de la motricidad, salud física, y con los chicos intelectuales, que tú los ves en la calle y no notas ninguna diferencia entre un chico regular y ellos, su edad mental puede ser un poquito distinta o tienen algunas cualidades, pero al final del día son chicos muy funcionales para el deporte, porque ellos son los que al final del día terminan aprendiendo más rápido todas las técnicas”.
Trabajar sin etiquetas de discapacidad
La entrenadora tiene claro que se podría segmentar el equipo por grupos, pero lo mejor es trabajar todos juntos siempre bajo el respeto, por lo cual no se habla de discapacidad, sino de las cualidades que cada uno aporta.
“Los chicos down suelen ser muy veloces para jugar dentro de la cancha, los chicos autistas suelen ser muy buenos defensivos, entonces, a mí me gusta más trabajar en la integración sin la etiqueta de que son chicos con discapacidad”.
Quinto lugar que supo a gloria
En 2022, Lorena fue la encargada del equipo nacional que participó en el Campeonato Mundial de Basquetbol Intelectual realizado en Madeira, Portugal, en el cual participaron tres queretanos que finalizaron en la quinta posición.
“La historia del parabasquetbol es que no existía en Querétaro”, y fue en medio de la pandemia que Lorena se hizo cargo del equipo luego de superar el cáncer de mama y de que le ofrecieran darles clases de zumba a los atletas de deporte adaptado.
“Me los designaron para darles zumba en línea, pero yo no sé zumba, por lo que decidí impartirles basquetbol en línea. Cuando entregan el auditorio de deporte adaptado empecé con tres de los chicos y así fue como nació el parabasquetbol en el estado”.
En el caso del Mundial, fue una serie de situaciones la que la colocó como entrenadora nacional: luego de un Nacional en Tijuana y tras enfrentar a los equipos de Juárez, Baja California y Chihuahua, y al no haber quién dirigiera la selección, le fue entregada la responsabilidad de entrenar al equipo.
“Tres queretanos fueron seleccionados y, pues, fue la primera vez que México fue a un Mundial de esa discapacidad, ahí se estrenó y fue una sorpresa para los países europeos, que normalmente van, de que había un equipo latinoamericano”, expresa.
“Obtuvimos el quinto lugar, pero al final del día nos enfrentamos al campeón del mundo, Italia; a Portugal, que está en segundo lugar; Finlandia… varios países que ya tienen años de ventaja de trabajar con estos chicos con estas discapacidades”.
¿Tras el quinto lugar mejoró el apoyo para el equipo?
“No, yo logré el Premio Estatal del Deporte en 2022, pero no ha cambiado mucho”, afirma, asegurando que en gran parte esto se debe a que este no es un deporte federado y no participa en Juegos Conade.
“El uniforme que utilizan los chicos es un uniforme en el que invirtieron los padres de familia, después de jugar con casacas de un color u otro nos uniformamos y mandamos a hacer el uniforme; nuestro equipo se llama Leones”.
El siguiente reto de Lorena será llevar al equipo al Panamericano Down, que se realizará en Chile.
¿Consideras que recibes un pago justo por tu trabajo?
“No. Entré con un contrato como becaria, con el pago de mil 958 pesos mensuales. Lo recibí por seis años. Cuando tuve cáncer, me hicieron el grandísimo favor de no quitarme mi sueldo, pero, pues, como no tengo seguro social, prestaciones… las vacaciones son al final de año, cuando cierran el parque; no tengo aguinaldo, no tengo antigüedad y tengo que firmar contratos cada tres meses.
Al final, si me dicen ‘ya no hay dinero, ya no te voy a contratar’, ¿dónde está tu antigüedad?, ¿dónde está tu tiempo, tú trabajo?…
“Cuando gané el Premio Estatal (del Deporte) acudí con el entonces director, me mandó con el de calidad (para el deporte), quien me dijo que lo iba a revisar, no lo revisó, se fue y quedó en el olvido, y después volví a ir con la nueva directora”, expresa.
Tras una revisión de contrato y acudir nuevamente con el área de calidad: “Mi sueldo subió 6 mil pesos, pero, pues, tampoco me dio una explicación de por qué, llevo ganando esto desde mayo. En septiembre cumpliré siete años de trabajar aquí en deporte adaptado”.
Recientemente, la entrenadora sufrió un colapso en la duela de deporte adaptado debido al estrés, que en gran parte se debe a que la Federación Mexicana de Deportistas Especiales la declaró ‘persona non grata’, además de que ha sufrido acoso constante por la deuda de un viaje que realizarían a Colombia dos entrenadores, una auxiliar de entrenadora y cuatro atletas de porras, pero al final no lo llevaron a cabo.
“La federación no buscó quién se lo hiciera, sino quién se lo pagara, entonces, eso derivó en que el acoso por este pago fuera a un grado muy alto, con llamadas a todas horas del presidente de la federación”.
El cobro que tiene la entrenadora asciende a 163 mil pesos, además de que fue destituida como presidenta de la Asociación de Deporte Adaptado Especiales Querétaro, AC, por autoridades de dicho departamento.
Tras esta situación, Lorena reflexiona: “Yo he practicado basquetbol desde los seis años, soñaba ser jugadora de la NBA y ahora me crea mucha tristeza y desilusión, porque esto no debería ser así en el deporte, pues el deporte es para salvar vidas”.
