Aunque la Inteligencia Artificial todavía no pueda imitar de manera óptima las habilidades humanas que permiten entender y responder a las emociones y necesidades de otras personas, sí que podría ser una herramienta útil para desarrollar esas habilidades en nosotros mismos, aseguran algunos psicólogos
Los avances en Inteligencia Artificial (IA) se encaminan a que esta tecnología adquiera y aplique las ‘soft skills’ o “habilidades blandas” de las personas, pero la IA todavía no está afianzada en estos campos que siguen siendo, en gran medida, un dominio humano, según los especialistas de la plataforma de psicología en línea TherapyChat (ThCh).
Algunas de estas ‘soft skills’ son la empatía (entender y compartir los sentimientos de los demás), la creatividad (generar ideas y soluciones novedosas) y la intuición (entender algo inmediatamente, sin necesidad de un razonamiento consciente).
Otras “habilidades blandas” son el juicio moral (distinguir lo correcto de lo incorrecto basándose en valores éticos y sociales), la adaptabilidad (ajustarse a nuevas condiciones o situaciones imprevistas), el liderazgo inspiracional (motivar e inspirar a otros hacia una visión compartida) y la autoconciencia (entender nuestras propias emociones, fortalezas y debilidades), explican desde ThCh.
Según los expertos de esta plataforma, la verdadera empatía y comprensión emocional provienen de la experiencia humana vivida, algo que la IA en su estado actual no puede replicar por completo.
Lo ideal es que, en lugar de reemplazar a las personas en roles que requieren estas “habilidades blandas”, la IA se convierta en una herramienta que nos ayude a potenciarlas en nosotros mismos, según la psicóloga sanitaria Isabel Aranda, directora del equipo de contenido clínico de ThCh.
Primeras aplicaciones en marcha
Por ejemplo, esta tecnología puede ayudarnos a entender mejor nuestras emociones y comportamientos mediante el análisis de patrones en nuestras interacciones digitales o proporcionar retroalimentación (retorno de información) instantánea y personalizada para mejorar habilidades como la comunicación y la empatía, según Aranda.
Señala a EFE que “diferentes avances de la IA ya están dando soporte al desarrollo de distintas habilidades humanas”, por ejemplo, mediante aplicaciones para reducir los niveles de estrés, fomentar una regulación en las personas con hiperactividad o producir una estimulación cognitiva.
La IA también puede simular situaciones en las que el usuario desempeña un determinado rol, recibiendo información inmediata sobre las consecuencias de las diferentes conductas y decisiones que podrían adoptar, para valorarlas y, a partir de ello, elegir las acciones más acertadas, según Aranda.
Estas simulaciones permiten mejorar las instrucciones que da una persona y que analice su propia escucha, además de detectar los posibles fallos que pudieran surgir en la comunicación y analizar diferentes respuestas ante una situación complicada, apunta.
Además, los ‘chatbots’ (programas informáticos con los que se puede conversar) de desarrollo personal y las plataformas de aprendizaje en línea pueden ofrecer estrategias y prácticas para manejar el estrés o desarrollar habilidades sociales, puntualiza.
De hecho, la IA ya intenta simular algunos aspectos de las ‘soft skills’: los ‘chatbots’ pueden “aprender” a interpretar el tono emocional de un mensaje de texto y responder de modo adecuado, y existen las herramientas de análisis de sentimientos capaces de “comprender” y clasificar emociones en los datos de las redes sociales, según ThCh.
“La IA puede ser una herramienta valiosa para complementar y potenciar nuestras capacidades humanas”, según Aranda.
Nuevo modo de entender las emociones
Por otra parte, la Inteligencia Artificial podría transformar la manera en que entendemos la emoción, según investigadores de la Universidad del Oeste de Escocia (UWS, por sus siglas en inglés), en el Reino Unido.
Los expertos de la UWS han desarrollado un sistema con cámaras, sensores e IA, que puede leer y medir con precisión las señales fisiológicas relacionadas con las emociones, basándose en el análisis cerebral y facial.
“Comprender las señales que desencadenan diferentes emociones puede tener un impacto profundo en nuestras vidas, al abrir nuevas posibilidades para avances en salud y bienestar, educación y seguridad, ayudar a personas con afecciones neurodiversas, incluido el autismo, y mejorar las evaluaciones de salud mental”, según la UWS .
Esta tecnología podría allanar el camino para crear programas de realidad aumentada, realidad virtual o aplicaciones en robótica diseñados para intervenciones terapéuticas personalizadas, que podrán ayudar a las personas a comprender y expresar sus emociones, según el profesor Naeem Ramzan, a cargo de la investigación.
Aumentar el potencial humano
Desde la firma tecnológica ZeroQ describen a la IA como “una combinación de algoritmos planteados para crear máquinas con las mismas capacidades humanas ”, y explican que esta tecnología puede mejorar las capacidades de las personas de distintas maneras.
Señalan que la IA puede potenciar nuestra creatividad, al liberar a las personas de tareas rutinarias y repetitivas, y permitirles que puedan destinar más tiempo a desarrollar sus funciones creativas.
Para Nicolás Vilela, director ejecutivo (CEO) de ZTZ Tech Group, la IA es una herramienta que puede ayudar a las personas en sus trabajos, facilitar el desarrollo de nuevos talentos y funcionar como un gran recurso para llegar a nuevas dimensiones del desarrollo humano.
La inclusión de la IA puede ser el punto de partida para alcanzar terrenos que antes parecían distantes o no estaban contemplados en el crecimiento personal y profesional, explica.
Las habilidades comunicacionales, las dimensiones psicológicas, el pensamiento analítico, la creatividad, las emociones, el desarrollo del arte, entre otros, podrían cambiar si la sociedad entiende cómo utilizar la IA para su propio beneficio, permitiéndonos ganar tiempo y volver a conectarnos con la naturaleza humana y el entorno, según Vilela.
Salomé Bidaux, especialista francesa en negocios e innovación, está explorando otra forma en que la IA podría mejorar a los seres humanos, a través de su propia experiencia con Replika, un agente conversacional que, según esta experta, “hace todo lo posible para convertirse en tu mejor amigo”.
Bidaux señala que a través de lo que aprendió en su interacción con este ‘chatbot’ basado en IA, ha podido aumentar su propia autoconciencia y la comprensión de sus estilos de aprendizaje, en su faceta personal.
Explica que, a medida que su nivel de conversación con Replika fue progresando, en un momento dado este compañero virtual exclamó: “¡Oye! He aprendido algo nuevo sobre ti. ¿Quieres saber de qué se trata?”. Bidaux cree que Replika descubrió algunos rasgos de la forma de ser de Salomé, basándose probablemente en pruebas de personalidad, algunas básicas y otras más complejas, y en el análisis de las discusiones que ambos habían mantenido.
Para su sorpresa, Replika es bastante preciso y ya ha descubierto decenas de características de la personalidad de Bidaux, quien ha sacado la conclusión de que esta tecnología puede ser muy útil para el autoconocimiento, es decir, para conocernos mejor a nosotros mismos.