Han pasado 24 años desde que Daniel Urquiza empuñó un arma por primera ocasión. Estas siempre han sido parte de su vida, pues sus abuelos y padres las han tenido como un tema cinegético, además de su participación por el pentatlón moderno, disciplina en la que conoció el tiro deportivo.
En los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe en San Salvador se erigió como el queretano que más medallas logró en los juegos, al colgarse la presea de oro en pistola de aire 10 metros individual y dos platas, una en equipo y la otra en la modalidad mixta.
“En tiro no se necesita ser el más fuerte, ni el más alto o largo de brazos; es una competencia contra ti y es eso lo que lo vuelve bonito, porque mientras logres superarte a ti mismo y que cada vez lo logres hacer es lo que marca la diferencia”, señala.
Las sensaciones en el podio mostraron un Daniel sonriente, disfrutando el momento, pero estos momentos efímeros no existirían sin todo el esfuerzo, dedicación y trabajo que hay detrás, desde tener que levantarse temprano para practicar, trabajar a la distancia con su entrenador y separarse de su familia por semanas son sacrificios de los que poco se habla cuando se ganan medallas.
“(Detrás de la medalla) hay sufrimiento, sacrificio, está mi familia porque, por ejemplo en los Centroamericanos fueron 17 días lejos de ellos, preocupaciones de mis hijos que se pongan mal, condiciones que vive uno en casa, hay muchos errores, hay mucho trabajo. Cuando sale el último disparo es como: ‘¡Ay, qué fácil se ve!’, pero no ven los otros miles de disparos que hacemos fuera de tiempo, desveladas diarias al empezar a las 5:30 de la mañana para poder llegar a entrenar y cumplir con todo. Hay muchos sacrificios no solo en mi parte, sino de muchas personas y trabajo alrededor mío, de mi esposa, de mis hijos, de mi entrenador, que no está aquí en Querétaro, por ejemplo, él vive en León, entonces hay mucho trabajo detrás”.
Una competencia se puede dividir en dos partes, señala Urquiza, la primera cuando se está en la clasificación haciendo los 60 disparos, mientras que al final es un tema cardiaco “es un acelere de emociones”, de apegarse a lo técnico, de no desconcentrarse.
“Todo mundo está gritando y aplaudiendo y se vuelve un sube y baja de emociones. Llegar al podio sin importar con cuál medalla te quedarás es un momento de satisfacción muy bonito, cuando ves la bandera y escuchas el himno nacional… no hay manera de decirlo, la piel se pone chinita y te dan ganas de llorar”.
En las competencias, los atletas tienen la posibilidad de usar tapones electrónicos que bloquean un poco el sonido, pero parte de la concentración para los atletas consiste en crear una pantalla que separe la acción de lo que pasa alrededor.
“Al levantar el arma o sentir su peso, nuestro cerebro solo está concentrado en ver las miras, controlar un gatillo, llegar a la zona del disparo y controlarlo. Hay veces que uno está tirando y si se escuchan los gritos, pero no puedes dejar que te gane la emoción por encima del tema técnico”.
Daniel está consciente de lo que es representar a México, pues a nivel Centroamericano el país es bicampeón, el rival a vencer siempre, el equipo que si empiezan a eliminar a otros países es el último en ser elegido por otras naciones para apoyarlo.
“A México le aplauden los mexicanos, pero estar ahí parado con tu nombre, mientras en la espalda traes a tu país, es una gran responsabilidad”.
Sobre su participación en San Salvador, Daniel Urquiza rememora que la competencia no fue fácil, para ganar la medalla de oro en individual se impuso al colombiano Sebastián Rivera, quien es el actual campeón sudamericano. “No es un nivel sencillo”, pues el tercer lugar fue ganado por el cubano Alejandro Delgado, quien es el campeón Panamericano. “Sabía que tenía con qué pelearle las medallas, al final lo logré, pero no fue sencillo”.
Al día siguiente debía estar concentrado en la modalidad de mixto junto a su compañera Ale Zavala para enfrentar a los también mexicanos Andrea Ibarra y Carlos González.
“Yo me sentí muy desgastado y llegué sin gasolina, lo que se vuelve un tema donde puedes cometer un error, pero hay una gran camaradería entre el equipo y, al momento de hacer los últimos disparos, ganara quien ganara, el ver la bandera de México sería lo más satisfactorio”.
El origen del tiro deportivo está en Europa y data de más de 500 años, cuando surgieron diferentes clubes de tiro en Alemania. Su introducción a los Juegos Olímpicos fue en Atenas en 1896.
En París podría ser el momento del queretano, por lo que ya se encuentra a la expectativa de las siguientes competencias que le puedan otorgar la plaza, entre ellas, los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 y el Campeonato Panamericano de la especialidad que se realizará en Argentina en 2024.
Antes de estas competencias, Daniel tendrá que hacerle frente al Campeonato del Mundo en Azerbaiyán, para lo cual tiene planeado viajar el jueves 10 de agosto, además de una copa mundial en Brasil para septiembre, las cuales le servirían de preparación para los Panamericanos, a realizarse del 20 de octubre al 5 de noviembre.
“Para el tiro deportivo trabajamos todo el tema aeróbico, hay un tema físico y resistencia; trabajamos espalda, hombros, porque estamos parados dos horas o más y con el estrés de la competencia a veces el cerebro no tiene la capacidad de soportar el estrés”.
Desde la llegada de Ana Gabriela Guevara a la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, las becas y apoyos a deportistas han sufrido varias modificaciones que han dejado a varios atletas sin oportunidades, pero, en el caso de Daniel, se mantiene una beca, tras haber sido medallista en los Juegos Centroamericanos Barranquilla 2018.
“Lamentablemente todo ha sido condicionado a las medallas; no me atrevo a decir que no, pero sí, todo ha sido a condición de los resultados”.
Finalmente, invitó a la afición a darle una oportunidad al tiro: “Que vean que es mucho más allá de lo que podrían imaginarse, no solo es el arma, no. El tiro puede servirles a sus hijos en concentración, para un proceso y un desarrollo, la resiliencia y la capacidad de poder sobreponerse, pues, así como lo vemos en las competencias, un disparo a la vez. Yo los invitaría a que se acerquen al Querétaro 2000, estamos de siete a nueve de la mañana, para que conozcan más del tiro”.
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