¿Tienes dolor?

A través del método y’u, te damos una solución para tu dolor físico y emocional

Últimamente me han llegado muchas personas al consultorio con dolores en la parte lateral media del tronco, con dolor en la parte baja de la espalda, ciáticas, hormigueo en extremidades (brazos o piernas) o en cuello… Dolor, mucho dolor, aunado con un estado de ánimo sin energía y hasta se definen en estado depresivo.

Te tengo que contar el caso de una persona a la que llamaremos “X” pero que probablemente esté pasando por algo similar a ti o a alguno de tus parientes y tenemos la solución para que lo vivan completamente diferente, y puedan recuperarse para siempre desde la causa que lo provoca.

Tuvimos a la persona “X” en videoconferencia por un dolor en espalda baja y en la parte lateral del costado (donde las costillas se hacen más anchas) y su dolor era tanto que apenas podía respirar y sentía que se le clavaba un cuchillo cerca de la escápula (omóplato, hueso plano de la espalda, mejor conocido como “alita”).

Cuando las fisioterapeutas le hacen el expediente al paciente, también les preguntamos sobre el estado de ánimo, porque somos seres integrales y, aunque a partir del siglo 20 nos volvimos especialistas, que nos traen muchas cosas muy buenas, pero otras no tanto, porque se les olvida a la mayoría, que somos seres integrales y que, aunque vengan a ser tratados del dolor, este y las posturas que estos provocan te llevan al mismo tiempo a tener un estado anímico, sentimental y emocional, siempre o casi.

Si tienes algo emocional o sentimental, esto te puede llevar a posturas que te favorecen o empeoran tus cargas. Por lo tanto, aunque estemos especializados debemos siempre tomar en cuenta que somos seres en los que todo influye.

Esta persona “X” vive en Canadá y supo de nosotros hace mucho tiempo, porque tenía un dolor eterno que nunca más ha vuelto, pero en esta ocasión estaba desesperada, porque había ido a fisioterapeutas, médicos y especialistas allá, y ya no podía respirar, se sentía sumamente deprimida, ha tenido que dejar de trabajar, no soportaba la espalda baja, ya no podía moverse. Nunca se pegó, nunca hubo nada que le provocara estos dolores (ella asumía eso), pero recuerda que tu vida diaria y hábitos se convierten en una costumbre que te puede llevar a estados de salud muy malos.

Solo estuve con ella una hora y hoy en la mañana no tenía ni un solo dolor, ¡además de que tenía mucho ánimo y no se sentía deprimida! Porque en y’u® no solo hacemos expedientes entendiendo a las personas de manera integral, sino que también damos soluciones integrales desde la neuroingeniería: soluciones óptimas que el cerebro y sistema nervioso aprenden inmediatamente y los empiezan a hacer en automático, porque son funcionales.

Cuando me escribió, me decía que no podía creer que después de tanto dolor, pudiera mejorar tanto y, por supuesto, que ha seguido jugando. Siempre lo hacemos así en y’u®, porque de esta manera aprendemos a largo plazo y en esos juegos involucramos tanto movimientos como posiciones de carga y todo lo que representa y administra su sistema nervioso, para que cuando ella se mueva, implique otros grupos musculares, otras posiciones de carga y estas la lleven a tener una capacidad de expresar toda la impotencia que ha sufrido durante más de tres meses, expresarse y sentirse como nueva, al hacerlo satisfactorio y sin dolor, nuestro sistema nervioso va a pedirnos repetirlo, hasta que lo automatiza.

Tenemos que asumir que el cuerpo es uno solo y que todo está junto, no podemos decirles a las emociones que se queden en casa mientras nos vamos a trabajar, no podemos decirle al cuerpo que se abra si se siente deprimido o atacar a alguien en defensa propia sin que se aprieten los dientes y las mandíbulas.

El cuerpo físico y las emociones están juntos, pero si se lo explicamos a una persona a través de un ejercicio en donde solo se focaliza en lo racional, difícilmente su cerebro va a administrar esa información modificando en automático las cargas; en cambio, si lo hacen a través del juego, divirtiéndose o sintiendo un estado de calma y tranquilidad, alejando por completo el dolor y llevándolos a un lugar óptimo en movimiento, pero también en expresión, naturalmente el cuerpo va al balance en todos los sentidos.

¡Estar bien es fácil y natural, y todo está en ti! No necesitas nada más que a ti para poder recuperarte, debes encontrar la causa real y combatirla con diferentes frentes de manera integral.

Si no tienes idea de cómo hacerlo, nosotros te decimos. ¡Ven y aprende cómo tener una vida feliz y fuera del dolor!