La pareja narró que, ante el Registro Civil, el trámite fue “fácil”; sin embargo, refirieron que la iglesia católica les requirió un dictamen a ambos por su discapacidad
Tras una amistad y noviazgo de seis años, Juan Pablo, de 40 años, y Karla, de 26, decidieron formalizar su relación a través del matrimonio, primero, en el Registro Civil, el 9 de diciembre del 2022, y, de manera posterior, por la iglesia, este 29 de abril, en el templo de Santa Rosa de Viterbo.
Karla, con discapacidad auditiva, y Juan Pablo, con discapacidad intelectual, ejercieron su derecho al matrimonio y narraron su historia, y el camino que tuvieron que seguir para lograr que ante la sociedad su unión tuviera reconocimiento civil y religioso.
Ambos se conocieron en el Centro de Apoyo y Calidad de Vida (Cali), AC, en donde encontraron apoyo para colocarse en un empleo formal que les permite iniciar una vida en pareja, en la que uno de sus propósitos es viajar a lo largo del país y de los Estados Unidos.
“Teníamos una buena comunicación y transmitíamos amor. Nos conocimos primero y se fue dando poco a poco eso de ser novios. Karla me trajo suerte: cuando la conocí entré a trabajar”, enfatizó Juan Pablo.
Ambos reconocieron que el trámite ante el Registro Civil para modificar su estado civil y obtener un acta de matrimonio fue “fácil” y sin contratiempos, pues se les solicitó, como contrayentes, documentos como identificación oficial, acta de nacimiento y comprobante de domicilio, y, el día de la ceremonia, se les preguntó de manera directa si formalizaban su unión por su propia voluntad, a lo que respondieron que sí.
“Por el civil fue muy fácil. El juez del Registro Civil nos preguntó si estábamos allí por nuestra voluntad o porque alguien nos estaba obligando. Dije que no era por eso último, sino porque nos queremos, Karlita dijo lo mismo: ‘Es por amor y porque lo quiero’, y así nos casaron”, señaló él.
No obstante, refirieron que no ocurrió lo mismo en el proceso ante la iglesia católica, pues confirmaron que, tras una serie de entrevistas, un sacerdote de una parroquia que se ubica en el Centro Histórico de la ciudad de Querétaro les solicitó un dictamen de discapacidad, así como la anuencia del obispo.
“En cuestión de obstáculos, fue en la iglesia católica, yo pensé que era fácil ya con el acta de matrimonio por lo civil, pero nos pusieron algunas trabas, digamos, pero fue prueba superada. Primero nos citó el padre y nos preguntó el motivo por el que nos queríamos casar, yo (Juan Pablo) le dije que era porque queríamos recibir el sacramento del matrimonio. Luego nos pidieron un dictamen de discapacidad. Yo siento que en nuestro país necesitamos que se abra más la inclusión. Es discriminarnos a las personas con una discapacidad”, apuntó.
Carlos, papá de Karla, indicó que cada uno solicitó a sus psicólogos la emisión de un dictamen en el que se explicó el tipo de discapacidad que padecían, así como su capacidad para elegir, certificado que se le entregó al sacerdote.
“La iglesia dijo que no habían casado a personas discapacitadas como ellos, era la primera vez. El sacerdote tenía mucho miedo de que pudieran tener conflictos a futuro y que la iglesia lo hubiera permitido. Tenían que ir y el señor obispo tenía que autorizar que los pudiera casar. Hasta que no recibieron la orden del señor obispo los casaron, pero tardaron meses”, afirmó.
Al respecto, Francisco Teutli Guillén, director y fundador del Cali, precisó que como asociación asesoraron a la psicóloga de Juan Pablo para que, en el dictamen, fundamentara el derecho que tienen las personas con discapacidad a tomar decisiones legales, así como de formar un hogar o una familia; esto, como lo prevé la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
“Desde mi punto de vista, creo que falta muchísima información todavía. Esta negligencia, esta discriminación de la que habla Juan Pablo, creo que tiene mucho que ver con la falta de información que tienen los diferentes sectores de la sociedad”, mencionó.
Subrayó que el matrimonio de Karla y Juan Pablo es un logro para la asociación civil, la cual, en febrero del 2023, cumplió 10 años de fundación. Explicó que, en la actualidad, un psicólogo de Cali brinda acompañamiento a la pareja para la organización de sus actividades y gastos del hogar.
“Cuando deciden casarse y formar un matrimonio, a nosotros nos llena de orgullo, porque es algo que ellos querían. Karla desde siempre soñaba con la boda y Juan Pablo también, como un proyecto de vida”, enfatizó.
El padre de Karla manifestó sentirse contento, igual que su esposa, por el matrimonio de su hija con Juan Pablo.
“Yo me siento contento y lo mismo mi esposa. Ya estamos grandes y es una tranquilidad verla casada y pensar que si algo nos pasa, sabemos que están los dos juntos y se van a apoyar y a acompañar”, añadió.
Karla, desde hace seis meses, realiza prácticas laborales en el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Querétaro (Cecyteq), mientras que Juan Pablo, desde hace seis años, se desempeña en área de fusibles de una empresa dedicada a la industria eléctrica que se encuentra al interior del Parque Industrial Querétaro.
