Hacer dos flexiones cada día, levantarse cinco minutos antes por la mañana, realizar una breve llamada telefónica, leer 10 páginas de un libro diariamente, meditar durante 10 minutos dos veces a la semana, comprometerse a realizar una buena acción… Son acciones que parecen poco importantes; sin embargo, introducir unos pequeños cambios en nuestra vida nos permitirá conseguir unos resultados extraordinarios, haciéndola más feliz y plena, asegura James Clear, orador y escritor especializado en formación de buenos hábitos de larga duración.
Clear (https://jamesclear.com) denomina “hábitos atómicos” a las pequeñas y buenas decisiones que pueden mejorar nuestra existencia radicalmente. Así se titula también el libro más reciente de este conferenciante en universidades y empresas de todo el mundo y creador del curso en línea Habits Academy, que siguen miles de estudiantes.
Estos buenos “hábitos atómicos” son tan minúsculos como una partícula, pero tan poderosos como un tsunami. “Pueden crecer hasta llegar a cambiar nuestra carrera profesional, relaciones y todos los aspectos de nuestra vida”, enfatiza Clear.
Considera: “Los hábitos son el interés compuesto (el interés que se va sumando al capital inicial y sobre el que se van generando nuevos intereses) de la superación personal. Igual que el dinero se multiplica mediante el interés compuesto, los efectos de tus buenos y pequeños hábitos cotidianos se multiplican en la medida en que los repites cada día”.
Tomar una decisión o adquirir un hábito que te convierta en una persona un uno por ciento mejor, tiene un efecto acumulativo que puede conducir tu vida a un destino completamente distinto, explica.
A continuación se describen algunas claves y recomendaciones que propone James Clear, para facilitar la adopción de aquellas “pequeñas pero atómicas” prácticas, tareas o rutinas de mejora personal que deseemos incorporar a nuestra vida.
“Si entras a la cocina y ves un plato de galletas, seguramente empezarás a comértelas. Si la mesa compartida en tu oficina está siempre llena de panecillos y rosquillas, será difícil no probar uno”, señala Clear.
“Tus hábitos cambian dependiendo del lugar en que te encuentres y de las señales que están frente a ti”, puntualiza, añadiendo que ciertas conductas tienden a repetirse bajo ciertas condiciones del ambiente: “en la iglesia, la gente tiende a hablar en murmullos y en una calle oscura, actúa de manera cauta”.
Por eso, “la forma más común de cambiar no es interna, sino externa: el mundo a nuestro alrededor nos cambia. Cada hábito depende del contexto”, enfatiza este autor.
“Ponerse en marcha es útil, pero nunca producirá un resultado por sí mismo. Puedes hablar muchas veces con un entrenador personal, pero eso no bastará para que te pongas en forma. Para obtener resultados tienes que entrenar”, recomienda.
“Puedes estar en conversaciones con cuatro clientes potenciales o haber hecho una lluvia de ideas para el libro que quieres escribir, y convencerte de que estás progresando, porque “ya estás en marcha, pero solo te estás preparando para hacer algo. También quieres actuar”, advierte Clear.
“Si quieres dominar un hábito, la clave es empezar a repetirlo, no conseguir su perfección”, señala Clear.
“No hace falta que tengas contempladas de antemano todas las características de tu hábito. Solo tienes que ponerlo en práctica. Solamente tienes que ponerte manos a la obra y hacer tus repeticiones”, recalca.
Cuando repetimos día a día una pequeña mejora, esa buena decisión o hábito, que puede representar apenas un uno por ciento de cambio, conduce a la acumulación de pasos positivos, que acaban por producir resultados extraordinarios, según Clear.
Clear recomienda planificar una tarea positiva de tal forma que requiera más trabajo abandonar ese buen hábito que empezar a realizarlo.
“Si estás motivado para entrenar y ponerte en forma, programa una sesión de yoga y págala por adelantado. Si quieres emprender un nuevo negocio, envía un email a un empresario que respetes y organiza una reunión para que te asesore”, propone.
“Cuando llegue el momento de actuar, la única manera de escapar de esos compromisos será cancelarlos, lo cual te requerirá esfuerzo e incluso puede costarte dinero”, reflexiona.
“Los seres humanos experimentamos los niveles más altos de motivación cuando, al trabajar en alguna tarea, esta está en el límite de nuestras habilidades actuales. No es demasiado difícil, ni demasiado sencilla. Solo lo justo”, señala Clear.
“Si quieres mejorar tu forma de jugar al tenis, te aburrirás al jugar un partido contra un niño y te desmotivarás si juegas contra un tenista profesional. Pero si juegas contra alguien de tu mismo nivel, te esforzarás, comprometerás y centrarás al máximo, porque tienes la oportunidad real de ganar”, concluye.
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